El Sitio de Leningrado. (8 de septiembre de 1941- 26 de enero de 1944)

 Juan Manuel Cervantes Sánchez

La Segunda Guerra Mundial fue una contienda que duró seis años en los que se enfrentaron las potencias del Eje (Berlín – Roma – Tokio), quienes pretendían expandir sus territorios; y en contraparte, los Aliados (Francia y Reino Unidos). Posteriormente se unirían Estados Unidos y Rusia.

Pocos días antes del inicio de la guerra, en agosto de 1939, Alemania y Rusia firmaron el Pacto Ribbentrop-Molotov con la promesa de atacarse durante algunos años. Aún con eso nunca fueron aliados, la URSS no quería entrar en guerra y Hitler odiaba a los comunistas. 

A finales de 1940, el Estado Mayor del Ejército Alemán presentó el plan para iniciar la Operación Barbarroja. Años antes la Unión Soviética se había anexado el territorio cercano al Lago Ladoga, en donde estaba Leningrado. Cuando Hitler invade la URSS, la república finlandesa hizo alianza con Alemania, con la promesa de devolver esos territorios. El sitio de Leningrado marcó la entrada de Rusia a la Segunda Guerra Mundial. 

El tercer Reich planeaba tomar la Unión Soviética y Leningrado era el escaparate de la rusia europea, asentando un mortal golpe moral. En septiembre 8 de 1941, el ejército alemán cercó a Leningrado teniendo como estrategia principal matar de hambre a tres millones de personas y al final tomar una ciudad fantasma azotada por la inanición y el crudo frío. Las reservas alimenticias se agotaron en un mes, a los 60 días del sitio las raciones de pan se redujeron drásticamente. Para ese fin de año la población consumía sólo el 10 % de las calorías indispensables para vivir. Los comerciantes echaron mano de lo que tenían cerca y comenzaron a hacer sopa hirviendo las pieles de vacas. Pero, poco a poco, esta mercancía escaseó y se racionó a tres rebanadas diarias de pan por persona, 300g para obreros, 250 g para empleados y 125 g para niños y no trabajadores. La necesidad de comida provocó a que la gente buscara que comer en los huertos cercanos a la ciudad desafiando a las bombas que descargaban los aviones germanos. En la costa del mar Báltico los bombarderos alemanes hundieron varios barcos que transportaban 28,000 toneladas de grano, pero bajo estas circunstancias, aunque el cereal estaba mohoso fue incorporado en las panaderías, al terminarse el escaso grano fue poco a poco sustituido por aserrín y para hacer sopas se utilizaban toda clase de cuero: zapatos, chamarras, bolsas, cinturones, etc. Luego con los restos de pegamento de carpintería se hacían una especie de chicharrones, qué bañado con mostaza y vinagre, fue el plato principal de los hogares de Leningrado. La temperatura bajó hasta los -40°C y las centrales eléctricas dejaron de funcionar y las gentes morían sentados en sus mesas, por la falta de combustible el transporte público desapareció y las fábricas se cerraron. La desesperación de la población los obligó a quemar los libros de la una antigua biblioteca para no morir congelados, cada día morían 8,000 personas por hambre.

Al menú se integran todo tipo de animales, desde periquitos, canarios y otras aves, ranas, gatos y todo lo que se movía o estaba cerca. También se incorporan barnices, vaselina, glicerina y productos de desecho. La ropa se cortaba en retazos y se cocinaba. Algunos almacenes vendían la tierra de sus pisos que también contenía azúcar derretida por los bombardeos a la que llaman “tierra dulce”. En estas circunstancias apareció el canibalismo y la rapiña, a muchos niños callejeros no se les volvió a ver por la calle. Y casualmente aparecieron bandas que comercializan todo tipo de carne, que la gente sospecha que era humana. Los parques fueron transformados en campos de cultivo de col y papas. Y así pasaron dos años y medio…

El 26 de enero de 1944 se levantó el sitio de Leningrado después de 872 días. En él, murieron un millón de civiles, así como tres millones y medio de soldados.

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