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Nieve

Luz Arcelia Suárez Ramírez


Palabras clave: concierto, nieve, planeta, sinfonía, música

 

Nuestro planeta vivo presenta fenómenos sólo posibles en condiciones muy específicas de su atmósfera en un preciso y delicado equilibrio que nos permite la diversidad biológica que compartimos (… preciso y delicado… deberíamos pensar más en ello y prestarle más cuidado porque, aún con todas las advertencias, no nos percatamos del impacto que el rompimiento de este equilibrio nos está implicando). Su atmósfera experimenta cambios breves con consecuencias fantásticas, como el fenómeno en el que la arena de su desierto más grande viaja sobre un enorme océano y proporciona alimento a su mayor selva tropical; o ese otro en el que, maravillosa y habitualmente, se reúne lo necesario para arrojar agua desde nubes de vapor que flotan a su alrededor y, en casos más especiales, descienden suaves y ligeras plumas de cristales de agua congelada los cuales, al acumularse, pintan de blanco el escenario ante la indiferencia de quienes han olvidado cómo asombrarse. Debo reconocer que mi dibujo pierde su ensoñador encanto ante tremendas tormentas, granizos y vientos helados... claro, se trata sólo de otro tipo de poesía.

Que sea posible la nieve me parece increíblemente hermoso. No voy a platicarles cómo se origina porque es un asunto que ustedes ya conocen ampliamente, más que yo ¡seguro! Sin embargo, entre todas las funciones sociales de las que se encarga el arte, también se encuentra el chisme… perdón, la sensible divulgación de toda clase de eventos para movernos el alma, y el clima es tema recurrente. 

De esto sí puedo platicarles. La música ha dedicado enormes composiciones a la arena, al mar, al viento y, desde luego, a la nieve. 

He aquí, entonces, que a continuación les compartiré cinco versiones musicales sobre ambientes helados. Mi atención está en las distintas percepciones que tienen del invierno los autores que elegí y en cómo las transmiten. Me va a faltar papel, tiempo y conocimiento porque al respecto siempre habrá algo que compartir. 

Para ello, procedo a establecer mis parámetros. 

Antonio Vivaldi

En sus ‘Cuatro Estaciones’, Antonio Vivaldi definió mi paisaje nevado. En cada uno de los movimientos de sus cuatro conciertos para violín y orquesta de cuerdas, dejó un verso dedicado a las temporadas climáticas del año y su afecto; supongo que le servía para inspirar la interpretación, ya que era maestro en un orfanato y dirigía ahí una orquesta de estudiantes. Las palabras que corresponden a ‘El Invierno’ dicen así:

I · Allegro ·

Helado tiritar entre la nieve plateada

Al severo soplo del hórrido viento

Correr batiendo los pies en todo momento;

Y por el soberbio castañetear los dientes.

II · Largo ·

Estar junto al fuego,

Tranquilos y contentos,

Mientras afuera la lluvia moja a ciento.

III · Allegro ·

Caminar sobre el hielo y a paso lento, 

Por miedo a caer, avanzar con cuidado;

Ir firme, resbalar, caerse al suelo,

De nuevo ir sobre el hielo y correr rápido

Sin que el hielo se rompa y se desmenuce;

Sentir que sale de las puertas herradas 

Siroco, Bóreas y todos los vientos en guerra;

Esto es el invierno, pero tal, que alegría nos trae.

El primer movimiento es frío, hay nieve, viento y temblor del cuerpo. El segundo, más benévolo y tranquilo, trata una reunión cordial al calor de una fogata protegidos de la lluvia. El tercero nos advierte del peligro por las habituales caídas y porque los lagos congelados se resquebrajen justo bajo nuestros pies, finalmente, menciona la presencia de agitados vientos. A pesar de todo, al final, encuentra una conciliación pues también nos regala momentos alegres. 

Éste es el invierno que tengo en la cabeza ¿Cómo lo describiría yo? Diría que es cristalino, que hay vientos helados, vapor sublimado desprendiéndose del piso congelado como si fuera el mismísimo espíritu del hielo, incluso, tal como Vivaldi propone, me viene bien la idea de pasar el rato protegida con una bebida caliente y una cobija encima. Todo esto llega a mi inmediatamente al escuchar ‘El Invierno’ de Antonio Vivaldi.

Les cuento que las partituras de ‘Las Estaciones’ tienen un simpático detalle: a lo largo de su lectura, uno se va encontrando anotaciones que describen las escenas que hay que imaginar en tiempo real de la interpretación, así, es más fácil visualizarse como digo “protegidos con una bebida caliente y una cobija encima” … claro, descartando las dificultades instrumentales que la obra implica superar.   

De aquí parto. 

Hago notar que no puedo ser neutral. Vivo en un país que se ubica entre los 10º y 30º norte, cerca de la línea del ecuador, de ahí que mi filosofía es “estoy cómoda en el calor hasta 30º C y me pongo suéter abajo de 20º C”. 

En todo caso, comencemos:

PIOTR ILICH TCHAIKOVSKY

Mi primer referente comparativo es la sinfonía No. 1 de Piotr Ilich Tchaikovsky (1840-1893), cuyo subtítulo es ‘Sueños de invierno’. Esta sinfonía recibe su nombre por sus dos primeros movimientos, el primero ‘Sueños de un viaje de invierno’ y, el segundo, ‘Tierra de desolación, tierra de neblina’. Los otros dos no tienen títulos, pero comparten el ambiente gélido. Data de 1866, de cuando su autor aceptó ser profesor en el Conservatorio Estatal de Moscú, una institución que lleva actualmente su nombre.  

Me parece de suma importancia porque en ella se aprecia el estilo que define sus creaciones más icónicas. Su contexto es que, después de graduarse y aceptar el puesto en el conservatorio las cosas no funcionaron tal y como él hubiera deseado en cuanto a la crítica y aceptación pública, así que decidió crear algo distinto, demandante y de gran formato, una sinfonía. Tan exigente fue el proceso creativo que le exprimió la cabeza… ¡Le sufrió! No podía dormir, no comía, se encerraba por largas temporadas. Tras completar el primer y segundo movimiento comenzó con las gestiones para estrenarla, pero se topó con pared porque no encontró el apoyo esperado. Finalmente, logró que Nikolai Rubinstein, hermano de su maestro Anton, le concediera dirigirla y presentarla. Aunque obtuvo el gusto de la audiencia y de la academia, pasarían unos quince años para que la volvieran a tocar, y es que les tomó tiempo asimilar una propuesta distinta a la que se enseñaba en clase.

Un rasgo característico presente en cualquiera de las producciones de Tchaikovsky es la variedad de recursos y mañas de los que se valía porque le costaba mucho cumplir los patrones germánicos preestablecidos sobre todo en la estructura. La mayoría de estos surgió precisamente al resolver ‘Sueños de invierno’. El proceso creativo rompió sus límites ideológicos y técnicos para ajustar y remodelar las estructuras tradicionales a lo que él podía y sabía hacer. Era natural que a los maestros no les gustara que trasgrediera las fórmulas a las que eran fieles devotos. Al final de este proceso, se dio cuenta de que, para él, estos desafíos serían recurrentes por lo que tendría que hacerse de todo tipo de provisiones que le ayudaran a plasmar sus ideas musicales.

Si bien es cierto que, comparada con Vivaldi, resulta no tan estrictamente hiemal, lo es tanto como pudiera ser para alguien que ubica su cotidianeidad en latitudes alrededor de los 55º N. Los vientos y los hielos, muy al norte y muy al sur del planeta, deben ser algo normal y cotidiano igual que el calor y la lluvia para quienes estamos cerca la línea del ecuador. Para nosotros los momentos de frío son eso, momentos; para un ruso, deben ser una cotidianeidad: casi seis meses tomando en cuenta que el final del otoño y el principio de la primavera son ya bastante bajos de temperatura. La vida, sin temor a equivocarme, corre en estos lugares tanto como corre en cualquier otro lado: asegurar techo, abrigo, alimento, lograr una forma de adquirir recursos; amor, odio, alegrías y tristezas, paz y disturbios; ir a trabajar, fiestas, ceremonias y un amplio etcétera a -20º C. En un buen estado de salud mental, uno busca ser positivo en el clima en el que le toca vivir.

El punto es que ‘Sueños de invierno’ es una sinfonía en la que podemos percibir mis requerimientos, un ambiente cristalino, con vientos helados, vapor sublimado y una taza de chocolate caliente en casa con una cobija encima, sin embargo, no como un momento excepcional, sino cotidiano. 

Si hay algo que agregaría es el tamaño de la sonoridad: los sentimientos son más grandes con una orquesta sinfónica y me parece lógico que Piotr Ilich Tchaikovsky conociera mayores dramas invernales que el veneciano Vivaldi.

Me causa curiosidad que, cuando coloqué en mi cabeza que hay personas cuyas vidas transcurren normalmente en bajas temperaturas durante largos periodos, entendí que el afecto general en toda la música de este autor ruso es propio de este clima. Siempre me parecieron helados el Lago de los Cisnes, el Cascanueces y los segundos movimientos del concierto para violín y del concierto de piano, hoy considero que todas sus composiciones, las alegres, las épicas, las luminosas y las oscuras, son así.

De aquí, comprender a Sibelius – siguiente en mi lista – fue como entrar a otra recámara de la misma casa, pues, aunque no existe una declaración explícita que señale que alguno de sus trabajos esté directamente relacionado con paisajes nevados, diría que todo en él tiene una conexión con estos, no obstante, expresado de otra forma pues cada uno plasma el paisaje desde su propio lenguaje.

JEAN SIBELIUS

Que la música de Jean Sibelius le lleve a uno a imaginarse bosques, lagos, archipiélagos, auroras boreales e inviernos extremos no es una casualidad, conscientemente buscaba él que así fuera. Por eso se le considera nacionalista… bueno, también por sus implicaciones políticas (nunca con armas, siempre por medio del arte). 

Los pongo al tanto. Fue un compositor finlandés que nació en 1865 en el Gran Ducado de Finlandia, que era parte de Rusia, y murió en 1957 en la República Parlamentaria de Finlandia, el país independiente que ahora son. Le tocó vivir todo el proceso de cambio político. En el momento en el que los rusos promulgaron leyes severas y censurantes, Sibelius participó en la resistencia con creaciones visiblemente finlandesas. Tenía especial preferencia por nutridas orquestas sinfónicas y los formatos grandes, por lo que no había manera de ignorarlo. Son conocidos el Concierto para violín, las segunda, quinta y séptima sinfonías, el poema sinfónico ‘Finlandia’, la ‘Suite Karelia’ y el ‘Vals Triste’.

Su repertorio siempre me ha parecido luminoso y fresco, aún la tristeza del ‘Vals Triste’ es nostalgia y no terrible desconsuelo; me es fácil encontrar bosques y gente del campo a través de sus notas y percibir un profundo amor a su país.  

 

De su producción musical, el inicio del concierto para violín me parece que se acerca más a mis condiciones invernales. Bella pieza. Les platico un poco las aventuras de este concierto. Resulta que la música fue entregada apenas antes de la fecha del estreno en 1903 dejando poco tiempo a su solista para estudiarlo y alcanzar buen nivel. Hay que mencionar que al violinista a quien se lo dedicó, Willy Burmester, no le quedaba el día del estreno en su agenda, así pues, la “première” estuvo a cargo de alguien más. Les fue mal. Entonces, muy molesto, Sibelius decidió hacer una revisión cabal de su concierto. Cortó grandes tramos porque, se dice, era casi imposible de tocar tal cantidad que había de pasajes virtuosos y eliminó otro tanto de temas que, según él, no hacían falta. En general trató de que mantuviera el carácter a pesar de los cambios. Después de esto, encontró la oportunidad de presentar esta nueva versión en Berlín con Richard Strauss dirigiendo y volvió a solicitar al maestro Burmester, pero tampoco le fue posible acudir siendo el concertino, Karel Halíř, quien lo interpretara en 1905. Willy Burmester se ofendió seriamente y juró jamás tocar la obra. En consecuencia, el concierto está dedicado a Ferenc Von Vecsey, un chico de unos 13 años que emprendió la hazaña de interpretarlo a esa temprana edad.

Creo que no puedo someterlo contundentemente a mi subjetivo “inviernómetro” aunque haya nacido en Hämeenlinna, que se ubica en la latitud 61º N, un poquito más al norte que Helsinki, 60º N: es difícil captar infortunio en quien es feliz en su país por muy frío que éste sea. Hay vientos helados, vapor sublimado, nieve, cristales de hielo… y música de gente que canta, baila y vive lo mejor que puede. Diré que cumple mis parámetros, pero desde la perspectiva “¡Qué bello! ¿No es verdad?”. En caso de que yo contrastara comentando “¡La helada se ha llevado lo que sembramos!”, él me dirá, “pues como a ustedes la sequía, el huracán o el temblor… pero sigue siendo bello ¿qué no?”. No deja de sorprenderme la luz especial que transmite.  

Hasta aquí pareciera que mi instrumento hiemal es el violín, ha sido concertante en mis tres primeras selecciones. Pero no. En el tercer referente comparativo de mi lista, la orquesta es protagonista de la trama sonora… mejor sería decir tragedia sonora. Nos transportamos a Inglaterra donde Vaughan Williams nos hablará de la Antártida y no precisamente acerca del hecho de que sus costas floridas son ahora mayores por el calentamiento global (que siempre ha tenido, pero ahora son mayores).

RALPH VAUGHAN WILLIAMS

Ralph Vaughan Williams (1872-1958) fue un autor inglés que hizo de su quehacer profesional el estudio, la recopilación y preservación de canciones antiguas y tradiciones musicales británicas, por supuesto, esto influenció completamente su estilo compositivo. 

Es interesante que tuviera tremendo hábito por componer aún desde antes de convertirse en profesional, a este periodo pertenece un voluminoso acervo que ya dejaba ver su potencial. Su lenguaje tenía la marca de las formas alemanas, fundamentales para la enseñanza en los conservatorios de ese tiempo, es decir, estructuras establecidas por Bach, Beethoven y Wagner básicamente. Encontró su propio lenguaje hasta después de los treinta años tras estudiar sólo unos meses con Maurice Ravel quien influenció radicalmente su estilo y fue hasta entonces que logró desarrollar y afianzar sus propias ideas.

Queda claro que fue prolífico, eso nadie podrá negarlo, se la pasó componiendo toda su vida ¡su última composición la terminó unos meses antes de morir! 

Tiene en su catálogo varias piezas con orquestaciones, contrapuntos y acompañamientos cordiales y entrañables como ‘Fantasia on Greensleeves’ (‘Fantasía sobre Greensleeves’) para orquesta de cuerdas, arpa y dos flautas opcionales, ‘Fantasia on a Theme by Thomas Tallis’ (‘Fantasía sobre un tema de Thomas Thallis’) para cuerdas y ‘The Lark Ascending’ (‘La alondra ascendiendo’), un poema para violín solista y orquesta.

Bien. Lo que trae a Ralph Vaughan Williams a mi conteo es su séptima sinfonía, conocida como ‘Antártica’. 

La historia es que, después de estrenar su sexta sinfonía alrededor de 1948, fue invitado a realizar la música de la película ‘Scott of the Antartic’, producida por Michael Balcon y dirigida por Charles Frend. La propuesta le fascinó conmovido por la trágica y desastrosa aventura de Robert Falcon Scott, inmediatamente se imaginó combinaciones instrumentales y recursos alusivos al hielo, viento, pingüinos y ballenas. Estaba tan emocionado que, antes de ver siquiera el libreto, él ya había escrito cerca de mil compases de los cuales sólo la mitad fue utilizada en el filme. Entonces pensó que sería excelente idea seleccionar cuidadosamente sus temas y convertirlos en un arreglo independiente. Dado el volumen del material, tardó varios años en organizar algo en concreto, ¡vaya! que hasta le dio tiempo para armar una ópera, ‘The Pilgrim’s Progress’ (‘El Viaje del Peregrino’). Terminó de escribir su Sinfonía Antártica en 1952 y fue estrenada en 1953.

Sus requerimientos son mayúsculos: una gran orquesta sinfónica, una máquina de viento, un órgano, una soprano y un coro de mujeres que no canta palabras, sino que vocaliza como si fueran un instrumento más, elemento aprendió de Maurice Ravel. Consta de cinco movimientos cada uno de los cuales inicia con un texto que más que explicativos, son evocativos. Tales citas no fueron específicamente para decirse en los conciertos, sin embargo, ya que la partitura no lo prohíbe, puede uno encontrarse presentaciones y grabaciones en las que se efectúan con mucho éxito. Incluso hay conciertos en los que se proyectan imágenes de la película. 

I Prelude

To suffer woes which hope thinks infinite, 

To forgive wrongs darker than death or night, 

To defy power which seems omnipotent,

 ... 

Neither to change, nor falter, nor repent: 

This ... is to be 

Good, great and joyous, beautiful and free, 

This is alone Life, Joy, Empire and Victory. 

— quotation from Percy Bysshe Shelley, Prometheus Unbound

Sufrir penas que la esperanza considera infinitas,

Perdonar agravios más oscuros que la muerte o la noche,

Desafiar al poder que parece omnipotente,

...

Ni cambiar, ni vacilar, ni arrepentirse:

Esto... es ser

Bueno, grande y jubiloso, hermoso y libre,

Esto es únicamente Vida, Alegría, Imperio y Victoria.

— cita de Percy Bysshe Shelley, Prometeo liberado

II Scherzo

There go the ships, and there is that Leviathan whom thou hast made to take his pastime therein. — quotation from Psalm 104, Verse 26

Por allí van las naves, y allí está ese Leviatán que tú formaste para que jugase en él (en el mar). — cita del Salmo 104, Versículo 26

III Landscape

 Ye ice falls! Ye that from the mountain's brow

 Adown enormous ravines slope amain —

 Torrents, methinks, that heard a mighty voice,

 And stopped at once amid their maddest plunge!

 Motionless torrents! Silent cataracts!

 — quotation from Coleridge, Hymn before Sunrise, in the vale of Chamouni


¡Oh cascadas de hielo! Vosotras que desde la frente de la montaña

Por enormes barrancos os deslizáis con ímpetu —

Torrentes, me parece, que escucharon una voz poderosa,

¡Y se detuvieron de repente en medio de su más loca caída!

¡Torrentes inmóviles! ¡Cataratas silenciosas!

— cita de Coleridge, Himno antes del amanecer, en el valle de Chamouni

IV Intermezzo

Love, all alike, no season knows, nor clime,

 Nor hours, days, months, which are the rags of time.

 — quotation from Donne, The Sun Rising

El amor, todo igual, no conoce estación, ni clima,

Ni horas, días, meses, que son los harapos del tiempo.

— cita de Donne, El sol naciente

V Epilogue

I do not regret this journey; we took risks, we knew we took them, things have come out against us, therefore we have no cause for complaint. — quotation from Captain Scott's Last Journal

No me arrepiento de este viaje; asumimos riesgos, sabíamos que los asumíamos, las cosas han resultado en nuestra contra, por lo tanto, no tenemos motivo de queja. — cita del Último Diario del Capitán Scott

Vaughan Williams nos muestra el lado majestuoso, inmenso y terrible de las interminables nieves de la Antártida representando tormentas, avalanchas, vientos, largos momentos de silencios insufribles y, a la vez, el estruendoso rugir del clima en la soledad de la latitud sur más alejada en el planeta. Hasta ahora no había tocado el aspecto terrible en el tema de este artículo: hay muerte.

La partitura es monumental, no sólo en el tamaño y su orquestación, sino por el nivel de emociones que maneja. Por supuesto, cumple en demasía con mis requerimientos: un ambiente muy frío, muy cristalino, con intensos vientos helados y mucho vapor sublimado.

Cuando conocemos la historia que la inspira, disfrutamos dibujando en nuestra mente paisajes con icebergs y escenas de la aventura; cuando no, podemos disfrutar de un fuerte y sustancioso poema sinfónico. Que una composición derivada sea capaz de su independencia habla positivamente de su autor. 

Pienso dejar aquí al inglés Ralph Vaughan Williams y cambiar de carácter… No, no quiero causarles una ansiedad por el giro abrupto, nada más alejado, pero estamos listos para temas algo más tranquilos.

Takashi Yoshimatsu

No sé si sepan, seguro sí, Japón es un país en el que cae nieve seriamente, en invierno pueden alcanzar -17ºC en las zonas montañosas y en las costas. (En ciudades como Tokio, Kioto y Osaka no es tan intenso, tienen un mínimo de unos 2ºC).

Retomando el asunto inicial de los fenómenos fantásticos del planeta, resulta que los vientos fríos y secos de Siberia y China cruzan el Mar de Japón donde ganan humedad y algo de temperatura, al llegar a Japón son forzados a elevarse por las montañas enfriándolos de nuevo y dejándolos listos para nevar. Por cierto, que, en febrero de este 2025, acumularon hasta cuatro metros en Fukushima… que no está tan al norte, latitud 37º. Estos vientos son algo para prestar atención cuando afectan en tal forma el clima, se le conoce como efecto del mar.

Una cápsula informativa para situarlos en contexto. 

Quiero platicarles de una bella obra de cámara que se titula ‘White Landscapes’ (‘Paisajes Blancos’) del japonés Takashi Yoshimatsu. Se trata de una pieza para flauta, arpa, violonchelo y cuarteto de cuerdas, esto es que hay un grupo solista integrado por la flauta, el arpa y un violonchelo y tienen de acompañamiento no de piano u orquesta, sino un cuarteto de cuerdas (me causa curiosidad que requiera dos violonchelos y que, en el escenario no estarían juntos, quedaría uno con el grupo solista y el otro con el cuarteto). 

Yoshimatsu nació en Tokio en 1953. Comenzó tardíamente a interesarse por la música de concierto presentando su primera creación a los 27 años una partitura contemporánea para cuerdas y piano, ‘Threnody to Toky’ (“Lamento para Toky” – especie extinta de ibis japonés –), a diferencia de tantos otros genios que comienzan a escribir a muy temprana edad.

Me parece interesante que fuera fuerte seguidor del rock progresivo (Pink Floyd, Emerson Lake & Palmer, Yes) e incluso que tuviera un grupo con el que hacía “covers” y exploraba el estilo. Entre los dieciocho y veinte años, se enganchó con las partituras de las sinfonías de Beethoven, Tchaikovsky y Sibelius emprendiendo por su cuenta la tarea de analizar su instrumentación con mucho detalle. Sabía lo que hacía por los resultados que ha conseguido (sigue vivo). En ese momento fue cuando tomó la determinación de abandonar sus estudios de ingeniería y dedicarse a crear música sinfónica de forma autodidacta.

Es curioso que mientras los artistas de rock progresivo agregan elementos clásicos a sus composiciones, Yoshimatsu se deja influenciar por este género y logra una mezcla homogénea en el terreno de lo académico. 

En la más afortunada de las consecuencias por hacerse uno mismo de su propia educación y desarrollo, su estilo tiene influencias de modernismo, minimalismo, líneas tradicionales clásicas, rock progresivo, jazz y su propia raíz cultural.

A destacar que, dentro del grupo de compositores del siglo XX y XXI, su lenguaje va de la mano con lo afectivo, rasgo que lo coloca como neoclásico o neorromántico; en cualquier caso, a él no le hace gracia que se le clasifique con los vanguardistas que mantienen la disonancia como un credo y no como un recurso. 

“White Landscapes” es precisamente lo que indica su título, paisajes blancos. Evoca la tranquilidad y la quietud de un paisaje cubierto de nieve utilizando sonoridades delicadas y contemplativas, muestra un impresionismo con giros melódicos orientales. 

Tiene tres movimientos: 

I Divination of Snow (‘Adivinación o presagio en la nieve’)

II Stillness in Snow (‘Quietud en la nieve’)

III Disappearance of Snow (‘Desaparición de la nieve’)

Un aspecto que me cautiva es el manejo del tiempo musical, parece suspendido. Gestiona el silencio como un elemento estructural y expresivo, no como ausencia o inactividad. Las notas sostenidas y los cambios graduales de ‘White Landscapes’ se desvanecen lentamente dejando un umbral entre ellas: los silencios obligan amablemente a la meditación, son momentos de respiración que dan significado espiritual al dibujo sonoro. 

Se trata de un pensamiento muy japonés, el Ma (間). Representa el espacio entre objetos físicos, pero no como simples silencios o interrupciones, sino como breves intervalos llenos de potencial. El Ma abarca todo lo que ocurre espiritual y afectivamente activando el pensamiento introspectivo antes y después de la acción. Es este espacio intermedio el que permite, pacíficamente, la entrada a lo que viene.

La complejidad del Ma envuelve la profundidad dentro de la relación entre el sonido y las pausas desde la perspectiva de las pausas, no desde el sonido. Según esta tradición, los sonidos existen para enmarcar el Ma, y no al revés. 

He aquí que el arte japonés incluye deliberadamente momentos de quietud para sentir durante su ejecución. Esta filosofía resulta sumamente importante para entender su expresión y su capacidad de adaptarse perfectamente a lenguajes modernos y vanguardistas. 

Si nos diéramos tiempo para meditar a profundidad sobre los significados de lo que fue, es y será, cambiaría absolutamente nuestro enfoque al abordar el arte y su esencial impacto en el pensamiento. 

‘White Landscapes’ no supera mi “inviernómetro”, lo enriquece, pues no sólo encuentro que sea cristalino, que haya vientos helados, vapor sublimado desprendiéndose del hielo como si fuera el mismísimo espíritu del clima, tampoco la bebida caliente y una cobija encima, sino que he descubierto que la nieve misma tiene cualidades que se relacionan con el Ma por su poder de transformar el paisaje creando espacios de silencio visual y acústico.

Hasta aquí por hoy.

Es verdaderamente extenso el material con el tema de la nieve, estas sólo fueron cinco obras que yo escucho con gran placer. Faltó hablar de Schubert y su trágico ciclo de canciones ‘Winterreise’ y otros lieder que dedicó al invierno; sobre la ‘Sinfonía Alpina’ de Richard Strauss; de Toru Takemitsu, que tiene una bella canción, ‘La neige’ (La nieve), inspirada en un poema de Paul Verlaine ‘Dans l’interminable …’; e iniciar algún comentario sobre Karen Tanaka y su ‘Frozen Horizon’… y tantas más… Sin embargo, me da gusto porque son ideas para abordar posteriormente y tener buena excusa para escribirles.

La advertencia queda. Somos la única especie que posee la capacidad de conocer su propio impacto en el planeta, somos los únicos que sabemos que podríamos hacer algo para mejorar las condiciones de los ecosistemas que compartimos con todos los seres… pero preferimos ignorar. No hace falta, pero lo diré: estamos mal y hay que corregir, empezar en nuestra propia casa es buen inicio.

Muchas gracias por su atención.

REFERENCIAS PARA ESTE ARTÍCULO:

- Auad, J., & JuliaIcon, M. (2023, agosto). In praise of pause: Ma and Japanese haiku. Lingüística y literatura, Universidad de Antioquia. e-ISSN: 2422-3174. https://doi.org/10.17533/udea.lyl.n84a13

- Suárez Ramírez, L. A. (2024). Moscas, perros, pájaros y ballenas. Expresiones Veterinarias, 24(2), 17-22. https://www.expresionesveterinarias.com/2024/04/moscas-perros-pajaros-y-ballenas.html

- Suárez Ramírez, L. A. (2024, agosto). Moscas, perros, pájaros y ballenas musicales II: Takashi Yoshimatsu - El japonés de las aves. Expresiones Veterinarias, 24(3), 21-27. https://www.expresionesveterinarias.com/2024/08/moscas-perros-pajaros-y-ballenas.html

- Szaro, M. (2025, junio 2). Why is there so much snow in Japan? TO THE MOUNTAINS BLOG by SKI.COM. Recuperado el 28 de marzo de 2025, de https://www.ski.com/blog/why-is-there-so-much-snow-in-japan

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- Yoshimatsu, T. (1991). White landscapes: For flute, cello (bassoon), harp (and string quartet/ensemble), op. 47. Japan Arts Corporation.

IMÁGENES:

- Imágenes obtenidas de Google Imágenes: img 1, img 12 (imágenes del Planeta Tierra).  

- Imagen creada por la autora: img 3 (Ilustración de Luz Arcelia Suárez Ramírez).  

- Imágenes tomadas de Wikipedia, The Free Encyclopedia: img 2, img 4, img 5, img 7, img 10.  

- Imágenes generadas con IA en Microsoft Designer AI (2025, marzo 29): img 6, img 8, img 9, img 11


Jean Sibelius y Finlandia

 Luz Arcelia Suárez Ramírez

21 de enero de 2025, Ciudad de México

Palabras clave: finlandia, Jean Sibelius, música, poemas, obras

Abrí el año nuevo escuchando Finlandia de Jean Sibelius. La imaginación me llevó inmediatamente a bosques blancos, apacibles lagos brumosos con coloridas auroras boreales… la naturaleza manifestándose en todo su esplendor. Cuando pienso en Laponia o la Antártida, invariablemente llegan a mí sus opuestos complementarios, Amazonia, el Sahara… son lo que son intensamente, así es la naturaleza y pienso que esa entrada musical con los metales, enorme, y las cuerdas graves que parece que acarrean la vida le queda muy bien a mi idea… como un tren… ¡Ahora el bellísimo tema melódico! En medio de todo, muy inspirado… pienso que sólo alguien que ama tanto a su país podría imaginar algo así y llevarlo a tal amplitud sonora.  Sin embargo, tengo y no tengo razón. Finlandia no es un poema tan inspirado en la naturaleza como yo quisiera ver, sino en ideales políticos y culturales que definen la identidad cultural de su autor. 

Pues he aquí que les voy a platicar qué sucede con este poema sinfónico para así apreciar mejor – y correctamente – su espíritu.

Comencemos con qué es eso de ‘poema sinfónico’. Les cuento que Franz Liszt (sí, el pianista y compositor austrohúngaro) tenía un problema. Estaban las formas musicales ya establecidas, muchas formas, todas muy estructuradas y precisas, recetas de deliciosos platillos musicales complejos y sencillos pero definidos en demasía. Se sentía restringido, no encontraba un formato que le permitiera la amplitud expresiva ni el espacio… digamos la existencia tridimensional que su creatividad necesitaba. El peligro era superar los recursos y “quemarlos” antes de la siguiente sección estructural en la que, según la receta tradicional, debía manipular o moldear los temas de esta u otra forma antes de volver a lo primero con gracia y sin repetir exactamente (forma sonata) … Para entonces, él ya tenía saturada su primera parte en expresión y recursos; ya no le quedaban elementos ni espacio… ni pianista que resistiera… vaya, probablemente necesitara de una orquesta. Tendría que ser algo autosuficiente, algo que resistiera el contenido creativo y expresivo que deseaba en un único movimiento. Necesitaba encontrar la manera de establecer un recurso para explotar al máximo y a sus anchas todos los medios expresivos que era capaz de imaginar… y que pudiera reproducir, irónicamente como la receta que quería abandonar, porque era importante aplicarla en otras composiciones y, así, brindar algo de estructura. 

Se le ocurrió, entonces, transformar sus temas variando la línea melódica, la armonía y el ritmo, llevarlos de fuerte a suave, de grave a agudo, cambiar la instrumentación, así podría definir y moldear el ánimo de su sujeto (personaje o tema) de tal forma que sugeriría amor romántico en una sección, una escena pastoral en otra, luego tensión y conflicto, para terminar en triunfo o muerte según el destino que él impusiera después de todo.

Es importante aclarar que no quería el “libertinaje de la improvisación”. Habría una producción, un libreto con una historia detrás, una trama, narraría un momento histórico, podría describir una pintura…  tendría algo que contar que definiera las partes de su único movimiento. Le llamó Poema Sinfónico.

De ahí que un poema sinfónico es obra musical con orquesta, de un solo movimiento (hay poemas sinfónicos conformados por varios poemas sinfónicos unidos por una trama o un tema) con un programa preestablecido por una literatura, un momento histórico o por la imagen de una pintura o escena. Es importante lograr los estados anímicos que se pretenden, la lírica rige al tema o los varios temas que caracterizan a las personas o situaciones que se presentarán a lo largo en distintos afectos según la escena que se plantea. Al poema sinfónico también se le llama Música de Programa o Música Programática. (La verdad es que con o sin programa las disfruta uno muy rico como yo al inicio de esta aventura sonora).

Siendo que Finlandia es un poema sinfónico, hablamos de una obra orquestal en la que habrá temas que caractericen cosas o situaciones en una historia por contar y que estos temas cambiarán de afecto según los deseos de Sibelius, su autor. Sus personajes no son caprichosos, la historia que los define habla del proceso de independencia de un país por lo que hay que detenerse un rato explicando qué fue lo que ahí pasó y qué sucedía política y culturalmente en Europa del siglo XIX. Y es que, aunque nosotros veamos a Finlandia (me refiero al país nórdico) como un sueño de educación, de desarrollo y que es fácil pensar que no existiera sociedad más positiva, sin entrar en detalles como que lo sean o no, es importante entender que han tenido “sus asuntitos”, por supuesto.

¿Qué sucedía políticamente en Europa durante el siglo XIX? En general y en todos lados, las independencias de las colonias. 

La moda ideológica, filosófica y artística durante el siglo XIX fue el Romanticismo. Tal como estaban las condiciones políticas era natural que en todo el mundo experimentara el crecimiento de un espíritu nacionalista a tal grado que se convertiría, claro, en una fuerza social decisiva.

El amor a la patria asociado con el arte llevó a los autores a dar expresión a las esperanzas y sueños de millones de personas. En el terreno de la música, los compositores Románticos expresaron su nacionalismo en gran número de formas. Algunos basaron su música en canciones y danzas de su gente: Chopin en sus mazurkas y polonesas, Liszt en sus Rapsodias Húngaras, Dvorak en sus Danzas Eslavas. Otros escribieron obras dramáticas basadas en el folklore y en la vida de los campesinos, por ejemplo, las óperas sobre los cuentos de hadas rusos y los ballets de Tchaikovsky y Rimsky-Korsakov. Otros más escribieron poemas sinfónicos y óperas celebrando las hazañas de algún héroe nacional, o de un evento histórico, o algún paisaje característico de su país: La obertura 1812, o El Moldavia son ejemplos de esta tendencia.

Las implicaciones políticas del nacionalismo musical no pasaron desapercibidas por las autoridades. Muchas óperas de Verdi, por ejemplo, tuvieron que ser alteradas una y otra vez para ajustarse al sensor austriaco, porque sus tramas retrataban como injustos a los gobernantes e inspiraban ideas “peligrosas”.

Tal fue el impacto y trascendencia del nacionalismo musical que, ya en el siglo XX durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis proscribieron las interpretaciones de las polonesas de Chopin en Varsovia y los poemas descriptivos de Smetana en Praga por el poderoso simbolismo detrás de ellos.

Ya lo dije, las independencias de las colonias se manifestaron durante los 1800, las revoluciones ocurrieron durante el 1900. Finlandia (el país) tenía tantos líos que llegó tarde al banquete pues alcanzó su independencia hasta que la Rusia Zarista colapsó por la Revolución Rusa de 1917.

El lío geográfico, político y social es que Finlandia se encuentra entre dos países dominantes, Suecia y Rusia. 

Bien, el chisme histórico va así. Aproximadamente de 1100 a 1809 Finlandia fue parte de Suecia, es eso tanto tiempo que cuesta trabajo creer que mantuvieran y fomentaran una identidad propia. La administración y las clases altas hablaban sueco y la población general hablara su propia lengua, el Estado reconocía, de hecho, la existencia identitaria del pueblo finlandés… no siempre pacíficamente, hay que decir. La familia de Jean Sibelius es buen ejemplo, hablaba sueco ya que no eran pobres y tenían cierto estatus económico y social. Aún hoy en día, la segunda lengua oficial en Finlandia es el sueco.

Por ahí de 1807 Napoleón Bonaparte y el Zar Alejandro I requirieron de Suecia para unirse a su Bloqueo Continental en contra de Inglaterra. Suecia se negó a participar. Como consecuencia, las fuerzas rusas invadieron Finlandia, que era parte de Suecia, y Finlandia fue cedida al Imperio Ruso. El Zar Alejandro I estableció el Gran Ducado de Finlandia como entidad autónoma dentro del Imperio Ruso. A pesar de estar bajo el dominio ruso, Finlandia conservó muchas de sus leyes e instituciones, incluyendo el uso del sueco como lengua administrativa y el finlandés como lengua común. 

Era imposible impedir que la filosofía nacionalista “infectara” a los finlandeses. El tiempo del Gran Ducado de Finlandia fue crucial para el desarrollo de su nacionalismo y para la formación de una identidad nacional propia. 

Sucede que un día, el Zar Nicolás II amaneció con su propio espíritu nacionalista y promulgó el llamado Manifiesto de Febrero en el que se restringe la autonomía finlandesa, también limita la libertad de prensa y la libertad de cátedra, impone el ruso como idioma oficial de su administración y controla y censura duramente a la prensa. A estas medidas se le conocen como La Rusificación. Los artistas e intelectuales reaccionan con pinturas y caricaturas por considerarlo un atentado contra su libertad.

Sibelius ante esta situación, decidió participar en la lucha por la libertad con un par de obritas para coro “El canto de los atenienses” y “La fractura del hielo en el río Oulu”. Al poco fue más allá y compuso una obra mayor sobre cuadros históricos de Finlandia, “Música para las celebraciones de la prensa”, que subtituló Pinturas musicales en honor de la prensa finlandesa. A nosotros nos importa mucho esta última porque es de donde brota el poema sinfónico Finlandia.

Llegamos por fin a la música (¡Este relato está bueno!)

La “Música para las celebraciones de la prensa” fue estrenada el 4 de noviembre de 1899 y consta de siete movimientos:

1 – Preludio. Nos ubica, es una introducción que nos concentra en lo que se va a presentar. Un movimento no tan rápido con predominio de las maderas, salpicado de algunas fanfarrias de los metales que indican el carácter guerrero de toda la composición. 

2 – Cuadro I: Väinämöinen deleita a la naturaleza y a los pueblos de Kaleva y Pohjola con su canción. Väinämöinenes un personaje mitológico de Finlandia, un dios menor, se trata de un anciano cantor que encanta a las personas y a las bestias con su música, incluso a la naturaleza, es fundador de la tierra de Kaleva, donde transcurren todos los acontecimientos narrados en el Kalevala. El Kalevala es la epopeya nacional finlandesa recopilada por Elias Lönnrot (1802 - 1884), la otra gran figura de la cultura finlandesa junto al propio Sibelius; Lönnrot es considerado uno de los padres del idioma. 

3 – Cuadro II: El bautismo de los finlandeses. Hace referencia a la conquista de Finlandia por el Rey de Suecia Erik IX el Santo que introdujo el cristianismo a partir de 1154.

4 – Cuadro III: Escena en la Corte del Duque Johan en el Castillo de Turku. Un ritmo danzable nos lleva a los tiempos de Johan III de Suecia (1537 - 1592) Duque de Finlandia, encarcelado por su hermano Erik XIV durante cuatro años y, posteriormente, Rey de Suecia tras rebelarse y derrocar a su despótico hermano. 

5 – Cuadro IV: Los finlandeses en la Guerra de los Treinta Años. Música de guerra, culmina en una marcha triunfal. Recuerda la intervención de Suecia en la Guerra de los Treinta Años (1618 - 1648) plagada de victorias – para ellos que son protestantes – en este complejo conflicto religioso.

6 – Cuadro V: La gran hostilidad. Se refiere al ejército ruso durante la toma de Carelia en 1710. Sibelius aquí muestra a la “Madre Finlandia” sentada en la nieve arropando a sus hijos de la nieve, del hielo, del hambre y la muerte ante la hostilidad de los rusos. Una música grave y amenazadora nos lleva a la Gran Guerra del Norte, en el momento en que el conflicto entre suecos y rusos llega a Finlandia (1710 - 1721), es un asunto gravísimo porque la represión rusa fue intensa y la peste hizo el resto: un tercio de la población de Helsinki muere en ese periodo.  

7 – Cuadro VI: ¡Despierta Finlandia! Aparecen aquí varios personajes como el Zar Alejandro II, el poeta Johan Ludvig Runeberg, el profesor Johan Vilhelm Snellman (defensor del idioma finlandés), hay niños y una locomotora símbolo del progreso. Es la primera versión de lo que será el poema sinfónico Finlandia, es distinta en orquestación y el conmovedor himno sólo aparece en medio y no al final. 

Los primeros cuadros de la obra fueron perdiendo poco a poco interés a diferencia del último. Parece que Sibelius sintió que, como obra independiente, el Cuadro VI perdía grandeza al final. Retoca algunos detalles y añade el himno al final. La Finlandia que hoy conocemos se estrenó el 2 de julio de 1900 con la Sociedad Filarmónica de Helsinki bajo la dirección de Robert Kajanus.

Tuvo tal éxito el tema crucial de su poema sinfónico (ése, el bonito) y fue tan inspirador que fue prohibido por promover la identidad nacional finlandesa en territorio del poderoso Imperio Ruso; el caso es que, para evitar la prohibición, lo disfrazaron con los títulos que se les ocurría al momento… imagínense “Felices sentimientos al despertar la primavera finlandesa”. 

Finlandia es un muy buen ejemplo de música programática, como tal, tiene “personajes” muy localizables, muy definidos. Su programa corre así. Abren los alientos metales con carácter imponente, oscuro, describiendo la gran hostilidad del dominio ruso, la tiniebla cultural. También suena algo así como un coral majestuoso plasmando la espiritualidad del pueblo finlandés, pareciera un lamento.

Escuchamos después una transición, el sonido de las trompetas llama a despertar y da cara a la hostilidad inicial. Al comenzar este despertar (son los metales heroicos con cuerdas graves apoyadas por las percusiones, del compás 74 al 95, si es que tienen a la mano la partitura -doy un enlace al final con un sitio donde pueden descargarla gratuitamente-) se representa al tren del progreso, el imparable avance de la sociedad finlandesa y el adelanto tecnológico y científico.

Aparecen visos de lo que será el tema principal de la obra con los cornos, alientos madera y las cuerdas agudas (compás 100). El dibujo melódico traza una línea que sube y luego baja, es el motivo de un himno patriótico finlandés que compuso un profesor y músico aficionado, Emile Genetz, este himno se llama “¡Despierta, Finlandia!” su texto dice: “Sólo cuando el león despierte acabará el sufrimiento de Finlandia”. Por otro lado, no son pocos los estudiosos que describen esa línea melódica que sube y baja, como “la famosa “S” de Sibelius” que tienen muchas de sus obras… ¿qué digo yo? que es un doble bordado ascendente y descendente (es el nombre técnico de ese dibujo melódico) y se encuentra en toda la música occidental… ¡aguafiestas que soy, pues!

Concentrémonos un rato en el tren. Los trenes se describían musicalmente de manera muy romántica y despreocupada una generación anterior, tenían carácter familiar, festivo, retrataban el placer burgués de alguien que podía pagarlo. Jean Sibelius es el primero en darle un rango simbólico con profundidad, sus trenes simbolizan la historia y el motor imparable del desarrollo.  

El tema principal de Finlandia suena (a partir del compás 132) en las maderas junto con las cuerdas dando cuerpo armónico de manera muy discreta. Este tema irá adquiriendo peso sonoro y dialogará con el dichoso tren y las trompetas del despertar que sonaron casi al principio. La obra llega a su fin con el tema principal sonando majestuoso vencedor de las tinieblas. 

A Finlandia (el país) le espera todavía un largo camino antes de la paz. Lo que ocurre es la Revolución Rusa de 1917 que destituye al Zar y otorga a Finlandia su independencia. Después el camino no queda fácil pues soporta tres guerras: Contra la Unión Soviética (1939 - 1940), en la llamada Guerra de Invierno; otra vez contra los soviéticos en la llamada Guerra de Continuación (1941 - 1944), en la que Finlandia tuvo de aliada a la Alemania nazi; finalmente la Guerra de Laponia (1944 - 1945) en la que expulsan definitivamente a los alemanes.

Este camino requería de un aliciente fuerte que pudiera alimentar las esperanzas y el espíritu nacionalista, el famoso fragmento de este poema sinfónico no podía ser más adecuado. Veikko Antero Koskenniemi, escritor finlandés, en 1940 crea un poema para ser cantado con esa melodía. Adquirió tal fuerza que se convirtió en la música más difundida del país, más sentida aún que su propio himno nacional. Se le conoce desde entonces como el Himno de Finlandia sin confundirse con su Himno Nacional Oficial que es otro, digamos que su nombre completo sería el Himno del poema sinfónico Finlandia. Un fragmento de una obra mayor que supera el ámbito académico y se convierte en una pieza independiente de dominio público entre los finlandeses, música muy amada de un compositor muy querido. 

El poema de Koskenniemi dice así:

Finlandia-hymnii

Oi, Suomi, katso, sinun päiväs' koittaa,

Yön uhka karkoitettu on jo pois,

Ja aamun kiuru kirkkaudessa soittaa,

Kuin itse taivahan kansi sois'.

Yön vallat aamun valkeus jo voittaa,

Sun päiväs' koittaa, oi synnyinmaa.


Oi, nouse, Suomi, nosta korkealle,

Pääs' seppelöimä suurten muistojen.

Oi, nouse, Suomi, näytit maailmalle,

Sa että karkoitit orjuuden,

Ja ettet taipunut sa sorron alle,

On aamus' alkanut, synnyinmaa.


 Veikko Antero Koskenniemi


TRADUCCIÓN:


Himno de Finlandia

Finlandia, mira, tu día ya está amaneciendo,

la amenaza de la noche ya ha sido ahuyentada.

La alondra llama a través de la luz de la mañana,

el azul del cielo se deja llevar

y ahora el día es despreciado por los poderes de la noche: 

¡tu día amanece, oh, Finlandia nuestra!

Finlandia, levántate y eleva hacia lo alto

tu cabeza, ahora coronada por el poderoso recuerdo.

Finlandia, levántate, pues gritas al mundo

que te has liberado de tu esclavitud,

bajo el yugo de la opresión nunca mientes.

¡Ha llegado tu mañana, oh, Finlandia nuestra!


Más allá de la frontera finlandesa, se ha convertido en un himno religioso del repertorio luterano y anglicano, en esta faceta lleva el título “Be still my soul” (algo así como “Está tranquila, alma mía”) con un poema original escrito por Catharina Amalia von Schlegel y traducido al inglés por Jane Laurie Borthwick.

Be still, my soul

 Be still, my soul! the Lord is on your side;

Bear patiently the cross of grief or pain;

Leave to your God to order and provide;

In ev'ry change he faithful will remain.

Be still, my soul! your best, your heav’nly friend

Thru' thorny ways leads to a joyful end.


Be still, my soul! your God does undertake

To guide the future as he has the past;

Your hope, your confidence, let nothing shake;

all now mysterious shall be bright at last.

Be still, my soul! the waves and winds still know

His voice who ruled them while he lived below.


Be still, my soul! when dearest friends depart

And all is darkened in the vale of tears,

Then shall you better know his love, his heart,

Who comes to soothe your sorrow and your fears.


Be still, my soul! your Jesus can repay

From his own fullness all he takes away.

Be still, my soul! the hour is hast'ning on

When we shall be forever with the Lord,

When disappointment, grief, and fear are gone,


Sorrow forgot, love's purest joys restored.

Be still my soul! when change and tears are past,

All safe and blessed we shall meet at last.


TRADUCCIÓN:


¡Quédate quieta, alma mía! el Señor está de tu parte;

Lleva con paciencia la cruz de la tristeza o del dolor;

Deja a tu Dios que ordene y provea;

En todo cambio permanecerá fiel.

¡Quédate quieta, alma mía! Lo mejor de ti, tu gran amigo

A través de caminos espinosos conduce a un final feliz.


¡Quédate quieta, alma mía! tu Dios se compromete

Para guiar el futuro como lo ha hecho con el pasado;

Tu esperanza, tu confianza, que nada tiemble;

Todo lo que ahora es misterioso será brillante al fin.


¡Quédate quieta, alma mía! las olas y los vientos aún saben

Su voz que los gobernó mientras él vivía abajo.


¡Quédate quieta, alma mía! Cuando los amigos más queridos se vayan

Y todo se oscurece en el valle de lágrimas,

Entonces conocerás mejor su amor, su corazón,

Que viene a calmar tu tristeza y tus miedos.

¡Quédate quieta, alma mía! tu Jesús puede reponer

De su propia plenitud quita todo lo que quita.


¡Quédate quieta, alma mía! La hora se apresura

Cuando estemos para siempre con el Señor,

Cuando la decepción, el dolor y el miedo se han ido,

La tristeza olvidada, las alegrías más puras del amor restauradas.

¡Quédate quieta alma mía! cuando el cambio y las lágrimas han pasado,

Todos sanos y salvos nos encontraremos al fin.

Y una más del poeta Lloyd Stone quien, entre 1930 y 1932 escribe un poema, “This is my song”, en 1934 Ira B Wilson de la editorial Lorenz Publishing Company adapta la letra al Himno de Finlandia de Sibelius. Este arreglo se publicó con el Título "Una canción de paz". La siguiente es una de las versiones más difundidas con un verso más de Blake Morgan. A esta versión se le conoce como “Finlandia” o “Ésta es mi canción”.

Finlandia

This is my song, O God of all the nations,

A song of peace for lands afar and mine;

This is my home, the country where my heart is;

Here are my hopes, my dreams, my holy shrine:

But other hearts in other lands are beating,

With hopes and dreams as true and high as mine.


My country’s skies are bluer than the ocean,

And sunlight beams on clover leaf and pine;

But other lands have sunlight too, and clover,

And skies are everywhere as blue as mine;

This is my song, O God of all the nations,

A song of peace for their land and for mine.


So let us raise this melody together,

Beneath the stars that guide us through the night;

If we choose love, each storm we’ll learn to weather,

Until true peace and harmony we find;

This is our song, a hymn we raise together,

A dream of peace uniting humankind.


Finlandia

Este es mi cántico, oh, Dios de todas las naciones,

Un canto de paz para las tierras lejanas y las mías;

Este es mi hogar, el país donde está mi corazón;

Aquí están mis esperanzas, mis sueños, mi santuario santo:

Pero otros corazones en otras tierras están latiendo,

Con esperanzas y sueños tan verdaderos y altos como los míos.


Los cielos de mi país son más azules que el océano,

Y los rayos del sol sobre la hoja de trébol y el pino;

Pero otras tierras también tienen luz solar, y tréboles,

Y los cielos son por todas partes tan azules como el mío;

Este es mi cántico, oh, Dios de todas las naciones,

Un canto de paz por su tierra y por la mía.

Elevamos, pues, juntos esta melodía,

Bajo las estrellas que nos guían a través de la noche;

Si elegimos el amor, cada tormenta aprenderemos a capear,

Hasta que la verdadera paz y armonía encontremos;

Este es nuestro canto, un himno que elevamos juntos,

Un sueño de paz que une a la humanidad.

No quiero ni debo finalizar mi intervención en este número de Expresiones Veterinarias sin proporcionar datos biográficos de nuestro compositor.

Johan Julius Christian Sibelius, mejor conocido como Jean Sibelius, fue un muy prolífico compositor finlandés del romanticismo tardío y comienzos de los periodos modernos en el arte; aún hoy es reconocido como el compositor más importante de Finlandia. Nació en 1865 en el Gran Ducado de Finlandia y murió en 1957 en la República Parlamentaria de Finlandia; le tocó vivir toda la transición política: tuvo la fortuna de vivir más de cuarenta años en una Finlandia independiente, siendo su música un importante elemento de apoyo para reafirmar la identidad cultural del país en momentos muy fuertes de invasión y forcejeos políticos.

Comenzó a componer música desde muy temprana edad. Su atención más fuerte estaba en la interpretación del violín, hasta finales de la década de 1890 que decide abandonarlo decepcionado por no alcanzar el nivel deseado y se dedica por completo a la composición y a la dirección orquestal.

Tuvo una vida musical muy intensa: viajes, conciertos, dirección de orquestas, promoción de obras por toda Europa y los Estados Unidos. Mucha obra escrita, publicada la mayoría.

El corazón de su producción está conformado por sus 7 sinfonías que, a la fecha, son interpretadas alrededor del mundo tanto como en su país.

Otras obras muy reconocidas son, por supuesto, “Finlandia”, la suite “Karelia”, “El vals triste”, su concierto de violín,la sinfonía coral “Kullervo” y “EL CISNE DE TUONELA”.

Gustaba de orquestas grandes, sonoridades amplias parecidas a las de Tchaikovsky y Bruckner. La estructura de sus poemas estuvo muy inspirada en Liszt. No fue seguidor de la forma sonata ni de otras formas estrictas.

Además de la transición política, le toca vivir un momento revolucionario en la manifestación artística, los estilos de vanguardia y él opta por el compromiso histórico social del nacionalismo: su armonía es completamente romántica, nada contemporáneo ni dentro de las técnicas vanguardistas, bellas melodías armonizadas dentro del estilo romántico.

Sus piezas, en general, están inspiradas en la naturaleza, la mitología nórdica y el Kalevala (libro de la épica finlandesa). Cerca de cien canciones para voz y piano, música incidental para muchas obras de teatro, una ópera en un solo acto, La doncella de la torre; música de cámara, música para piano, música ritual masónica, alrededor de 21 publicaciones de música coral.

Fue prolífico hasta mediados de la década de 1920, después de completar su séptima sinfonía (1924), la música incidental para La tempestad (1926) y su poema Tapiola (1926), dejó de producir obras mayores. Prácticamente, no compuso en los últimos 30 años de su vida con la idea de que ya había escrito suficiente.

Muere por hemorragia cerebral a los 91 años en septiembre de 1957.

Partitura orquestal de Finlandia, descarga gratuita:

https://imslp.org/wiki/Finlandia,_Op.26_(Sibelius,_Jean)

Y esto es todo por el momento. Mucha información muy interesante para mi idílico comienzo del año que tuve el gustazo de compartir con ustedes. Muchas gracias por leerme.

Este artículo se realizó a partir de las siguientes fuentes:

Bloodaxe Books. (1998). Skating on the sea: Poetry from Finland (1st ed., p. 167). Bloodaxe Books.

Forney, K., & Machlis, J. (2007). The enjoyment of music (10th ed., pp. 347-348). W. W. Norton & Company.

Forney, K., & Machlis, J. (2007). The enjoyment of music (10th ed., p. 367). W. W. Norton & Company.

Haces, L. R. (Trad.). (1983). La música (1.ª ed., p127). Editorial Blume.

Alamusica. (n.d.). Search results for "Finlandia". Retrieved January 21, 2025, from .

Blogger. (n.d.). Profile: Jennifer C. Retrieved January 21, 2025, from .

I.A. Gemini, Google, consulta sobre la duración del dominio sueco y ruso en Finlandia, realizada el 24 de octubre de 2023

Hymnary.org. (n.d.). Be still, my soul: The Lord is on thy side. Retrieved January 21, 2025, from .

International Music Score Library Project (IMSLP). (n.d.). Category: Sibelius, Jean. Retrieved January 21, 2025, from 

International Music Score Library Project (IMSLP). (n.d.). Finlandia, Op.26 (Sibelius, Jean). Retrieved January 21, 2025, from .

National Cathedral. (2020, June 16). Be still my soul: "Finlandia" [Video]. YouTube. Retrieved January 21, 2025, from 

RTVE. (2015, October 30). Música y significado [Audio podcast]. RTVE Play. Retrieved January 21, 2025, from 

Sacred Music at Notre Dame. (2021, December 9). FY22 Recital DMA 1 Conducting: Kari Francis - Program [PDF]. Retrieved January 21, 2025, from 

Visit Finland. (n.d.). Finlandia by Jean Sibelius. Retrieved January 21, 2025, from 

Wikipedia contributors. (n.d.). Veikko Antero Koskenniemi. In Wikipedia, La enciclopedia libre. Retrieved January 21, 2025, from https://es.wikipedia.org/wiki/Veikko_Antero_Koskenniemi.

Wikipedia contributors. (n.d.). Lloyd Stone. In Wikipedia, The Free Encyclopedia. Retrieved January 21, 2025, from .

Gemini, Google, consulta sobre la duración del dominio sueco y ruso en Finlandia, realizada el 24 de octubre de 2023

Algunas imágenes fueron obtenidas a través de Copilot con la solicitud (‘prompt’) “imagen con un paisaje nevado, una vista aérea, al estilo de Finlandia.”


MOSCAS, PERROS, PÁJAROS Y BALLENAS MUSICALES III

Luz Arcelia Suárez Ramírez 

Palabras clave: ballenas, música, género, naturaleza, sonido

GEORGE CRUMB – Ballenas.

La atmósfera es oscura con iluminación azul marino, los tres intérpretes aparecen, llevan antifaz negro. La flauta abre con un solo… es la voz de una ballena.

Hay mucho que decir sobre el inicio de esta música… más bien que el inicio lo dice todo, el inicio envuelve al público en la escena absoluta.

Después de las primeras notas, habrá quien se decepcione, habrá quien sienta repulsión. Hay que decirlo, la música contemporánea sorprende, a veces asusta ¿Qué puede pasar cuando uno se encuentra en el sorpresivo caso de “¡Cómo vine a parar en este concierto!”?

Puede ser que esté de más, pero voy a explicar un poco cómo abordar este género. En una obra contemporánea no se escucharán las armonías nítidas propias de la música de Wolfgang Amadeus Mozart, ni la pasión organizada de Ludwig van Beethoven. Serán ambientes, combinaciones instrumentales que nos parecerán extraños, efectos y escenas auditivas dispuestos por la filosofía y los conceptos que un compositor expone a nuestra experiencia. Salta la pregunta ¿no se trata de esto siempre? Si, claro, todo arte existente fue contemporáneo alguna vez, sin embargo, nunca se había retado tanto al público como se hizo durante el siglo XX. Los libros hablan de “rompimientos”, pero, la verdad es que el sistema no se rompió, el sistema superó sus límites y se extendió, la tradición aún existe y convive con los muchos sistemas actuales; las estructuras se pusieron a prueba, se han ido sumando nuevas formas de estructurar y se ha comprobado que hay manifestaciones que pueden existir perfectamente sin estructura alguna; siendo que una de sus misiones más fuertes es la invención de voces, de timbres y sonoridades poco convencionales, no podemos negar el impacto que los compositores causan al requerir que los instrumentos sean ejecutados tan de distinta forma; a todo este sistema (la forma de tocar, la peculiar escritura y la sonoridad obtenida) se le conoce como “técnicas extendidas” … digamos, “los ruiditos”. En un concierto de música contemporánea veremos micrófonos, consolas de control, luces, efectos electrónicos. Veremos también que es histriónico el asunto. Tengo la idea de que fue una moda entre todos los artistas de los 1960s y los 1970s, me explico: el que los músicos de rock dedicaran tanta atención para preparar sus actos con maquillajes, vestuarios, movimientos ensayados, actitudes teatrales, escenas de luces y efectos, dio origen a una corriente sumamente fuerte que afectó a su propio público y, a toda la población en general, el resultado fue un entorno sociocultural completo del que no escaparon las bellas artes. No poseo ninguna bibliografía que me respalde y no sé si me equivoco, pero es lógico por toda la historia comprendida en esas dos décadas y es, finalmente, un buen punto de partida.

A todo esto ¿qué hace uno cuando se enfrenta a la música contemporánea por accidente? Retirarse es una opción por supuesto, esperar a que termine la pieza y decidir si hay interés o no, también, o puede uno tener paciencia y dejarlo pasar, investigar qué escuchó, y fomentar alguna opinión más allá del “no me gustó” o “no la soporto”.

De vuelta al concierto.

El autor, George Crumb (compositor estadounidense, 1929-2022), se distingue entre sus contemporáneos por el desarrollado sentido afectivo y que sus técnicas extendidas se aplican con este fin. Tal como pude atestiguar, normal en el género, sus obras tienen un fuerte aspecto escénico.

La música que estoy escuchando se llama “Vox Balaenae”, “La voz de la ballena”. Por exagerado que parezca, la partitura tiene indicaciones sobre el acomodo de los instrumentos en el escenario, sobre la luz, el vestuario y dice que los músicos deben llevar antifaces. Sin embargo, no es extravagante, con la ubicación recomendada es posible observar a los tres músicos desde cualquier punto; la iluminación baja y el color azul proveen un ambiente oceánico; los antifaces tienen el efecto de desvanecer la proyección de la presencia humana, el objetivo es restar importancia a los seres humanos en términos de especie y de artífices del todo (tanto del perfil de la Tierra como del concierto). La idea general es representar simbólicamente la poderosa e impersonal fuerza de la naturaleza.



Esa entrada con la flauta (¡ojalá pudieran escucharla!) ¿Cómo produce ese sonido? Es el sonido normal de la flauta junto con la voz cantada, es decir, el flautista toca y canta al mismo tiempo ¡el resultado es fantástico! Los otros dos músicos no se quedarán atrás, al violonchelista le pide que afine su instrumento de forma distinta (a esto se le llama en scordatura) y también tendrá que realizar otros efectos; en su momento, el pianista tendrá que tañer las cuerdas del piano no sólo con los dedos, sino con un clip y con una varilla de vidrio para obtener diferentes texturas.

Al flautista y al violonchelista les será requerido silbar, sí, es decir emitir sonidos por medio del aliento entre los labios… silbar afinadamente. Además, tendrán que hacer sonar unos crótalos que hay colgados en el centro.

Es notorio que el autor no prefiera las disonancias violentas, se va más por las sonoridades delicadas, su música es como un collage sonoro en el que las partes están muy bien ensambladas y se asimilan en un muy homogéneo conjunto.

“Vox Balaenae”, fue inspirada por una grabación que un científico marino hizo de los sonidos de una ballena jorobada. A Crumb le impresionaron enormemente la nitidez y el hecho natural de que un animal marino tan grande cantara y transitara por todo el planeta (igual que los pájaros). Fue un suceso que transformó su definición de la música: un    sistema de proporciones al servicio de un impulso espiritual que las ballenas cumplen tanto como los seres humanos.




La obra está estructurada en tres secciones grandes con los siguientes títulos:

I Vocalise (... for the beginning of time). Vocalización (… por el comienzo del tiempo). Esta sección es un prólogo. Es vocalización porque no llega a ser una melodía completa, es algo que una ballena haría. La partitura indica "Ampliamente fantástico, grotesco". Este sonido es la idea que Crumb quiere para la caracterización de la voz de la ballena, esto es, el sonido que se produce con el instrumento y la voz mezclados dando lugar al ambiente misterioso y surreal.

II Variations on Sea-Time. Variaciones sobre el Tiempo del Mar.  Comienza con el Tema del Mar, que tiene la indicación “Solemne, con calma majestuosa”. Es la parte solista del violoncello, va acompañado por acordes oscuros, fatídicos, producidos por las cuerdas tañidas del piano. A partir de aquí se desarrollan las variaciones, cada variación lleva por título una era geológica: Arqueozoica, Proterozoica, Paleozoica, Mesozoica y Cenozoica. Abre con sonoridades tranquilas y se va construyendo, aumentando porco poco, pasando por cada una de las ‘Eras’, hasta llegar a la ‘Cenozoica, que es en la que aparece el ser humano en la Tierra, entonces, la música alcanza tonos dramáticos.

III Sea Nocturne (… for the end of time). Nocturno Marino (… por el fin del tiempo). Es un epílogo. La partitura marca “Sereno, puro, transfigurado” y es una elaboración del Tema del Mar. Esta sección sugiere el amplio ritmo de la naturaleza y el sentido suspendido del tiempo. Las últimas notas tienen que ser apenas audibles, de hecho, inaudibles, hablando de lo teatral, haciendo la pantomima de tocarlas a muy, muy bajo volumen, cuando en realidad no se escucha nada.

Si les causa cosquilla escuchar la pieza, pueden encontrar una buena interpretación aquí:


Les cuento que existe un documental que hizo Robert Mugge en 1976, “George Crumb: The Voice of the Whale”, tiene comentarios del compositor, describe también cómo se armó y se llevó a cabo la pieza en escena.

La maravillosa impresión que me causó escuchar esta obra por vez primera no se me olvida y deseo recrearla constantemente, no me canso de repetirla (creo que mi familia sí). Nunca he sido quisquillosa para escuchar música, pero es verdad que voy predispuesta con la música contemporánea aun cuando me gusta mucho. La música de vanguardia puede pedir mucho de la imaginación de su audiencia porque requiere armar significados sonoros. En el caso de George Crumb, mi prejuicio quedó muy superado. Me da mucho gusto ser testigo de esta música y me da mucho más gusto poder compartir mi experiencia con otros. Sería bonito que alguien que haya leído estas líneas se acercara a la música contemporánea y tuviera idea de los sonidos y los conceptos que el género implica.

Agradezco a la Dra. Ana Román por la inspiración y les agradezco a ustedes mucho su atención. Es un enorme placer.

 

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA EN GEORGE CRUMB – Ballenas.

HERZ, W. J. (2011). PROGRAM NOTES / George Crumb (1929- ) Vox Balaenae (Voice of the Whale) for flute, celo and piano (1971). Obtenido de The Sebago-Long Lake Music Festival: sllmf.org/archive/notes_for_509.html

Kristine Forney & Joseph Machlis. (2007). George Crumb and Avant-Garde Virtuosity. En K. Forney, & M. Joseph, The enjoyment of MUSIC (pág. 615). New York, London: W. W. NORTON & COMPANY.

Vox Balaenae. (7 de FEBRERO de 2022). Obtenido de WIKIPEDIA / LA ENCICLOPEDIA LIBRE: https://es.wikipedia.org/wiki/Vox_Balaenae

 

Ilustraciones:

Respuesta generada por Microsoft Copilot el 18 de mayo de 2024 a las 10:30 AM con los siguientes 'prompts': "Ilustraciones de ballenas jorobadas en tonos azules y negros", "Ilustraciones de ballenas jorobadas en tonos azules y negros, cantando con glifos que representan su voz".

 

 

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