Ocurrió en San Jacinto

Rodrigo Merino Barba
Edificio Histórico de San Jacinto
Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia
Universidad Nacional Autónoma de México
romerino@unam.mx


A Cien Años del Decreto de la
Escuela Nacional de Veterinaria


El próximo año y precisamente el 11 de abril del 2016, se cumplirá el primer centenario en que los Médicos Veterinarios empezaron su vida académica de manera independiente de los Ingenieros Agrónomos, después de 61 años de compartir muchos sucesos y un origen en común. 

Para 1914, el país se encontraba en una gran efervescencia política, muchos de los centros educativos tuvieron que cerrar sus puertas, la Escuela Nacional de Agricultura y Veterinaria no fue la excepción y suspendió sus actividades en  diciembre de ese año; esto se debió en parte a que el presupuesto para la educación se distrajo para la contienda armada, aunado a que muchos estudiantes tuvieron que regresar a su lugar de origen y otros tantos se incorporaron a las distintas tropas armadas, Villistas, Zapatistas o Carrancistas.

Dos años después y debido a la tenacidad del Dr. Olayo Fraustro Mireles, se pudo concretar que el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, Don Venustiano Carranza, firmara en la Ciudad de Querétaro, el decreto del establecimiento de la Escuela Nacional de Veterinaria, y se nombrara al Médico Veterinario Elías E. Guzmán como su primer Director.

Fue un inicio difícil, ya que entre otros sucesos se tuvo que cambiar a una sede diferente a la que se contaba en un principio, además de que esta Escuela todavía no era Universitaria y dependía administrativa y económicamente del Departamento de Enseñanza de la Dirección de Agricultura, teniendo entre algunas de sus actividades la de implementar los textos escolares, instituir programas y reglamentos para el establecimiento del saber veterinario y agrícola, entre otras.

El 12 de mayo de 1916, en el Diario Oficial del Gobierno Constitucionalista de la República Mexicana - El Constitucionalista -, publicó el decreto del establecimiento de la Escuela Nacional de Veterinaria, conformado por tan solo 5 artículos; el segundo de estos marca que la enseñanza deberá ser Laica y Gratuita, y tendrá como objeto la instrucción a los alumnos en las materias relativas a la medicina aplicada a los animales, teniendo los alumnos una educación cívica y moral.

En este mismo mes, se realizó un acto protocolario en la que se dio por iniciadas las actividades de esta nueva Escuela, estuvieron presentes el Secretario de Fomento, el Rector de la Universidad Nacional de México, el Director General de Agricultura, el Profesor Veterinario José E. Mota, como el Decano de los Médicos Veterinarios mexicanos, entre otras personalidades de la época.

Es relevante puntualizar que antes de que se plasmara en nuestra Constitución de 1917 y particularmente en su Artículo 3ro, aquí se especificó el tipo de educación que se perfilaba en nuestro país revolucionario; sin dogmas religiosos y con una visión social a la educación.

El nuevo plan de estudios constaba de 4 años, con la salvedad de que previamente se requería de haber terminado los estudios preparatorios en alguna escuela autorizada y conforme a los programas de la Universidad Nacional; este último requisito provocó que disminuyera notablemente el ingreso a la Escuela Nacional de Veterinaria y para 1918, debido a las mínimas reinscripciones y ningún ingreso estuvo a punto de cerrarse la institución. En este mismo año se reestructura la escuela y se inicia una nueva etapa, pero esto será tratado en el próximo artículo.

Para concluir quisiera referir que la Medicina Veterinaria tiene profundas raíces en la Escuela Nacional de Agricultura y Veterinaria fundada hace 162 años, contó con un gran tronco que fue la Escuela Nacional de Veterinaria y dos años después se le incorpora el termino de Medicina, actualmente tiene una enorme fronda de aproximadamente 55 Escuelas y Facultades por todo el país. La primera Escuela de Veterinaria que se fundó independiente a la UNAM fue en la Universidad Veracruzana y la más reciente es en la Universidad del Valle de México, donde sus frutos son todos los estudiantes y médicos veterinarios zootecnistas que se titulan cada día para generar y difundir las ciencias veterinarias y sus tecnologías para contribuir al desarrollo sustentable y equitativo del país.

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