El gran nadador

Sophie Barbaroux
Estudiante de la Facultad de
Medicina Veterinaria y Zootecnia
de la Universidad Nacional
Autónoma de México
Colaboración de Rodrigo Vélez
Ilustración: Pamela Carrington

Te imaginas a temperaturas a menos de 40 grados bajo cero, vientos de 160 km por hora, no ha salido el sol en más de 4 meses, el ambiente es sumamente silencioso, blanco y prácticamente se pensaría que no hay vida, pero he aquí un animal que sobrevive en este desierto congelado: El Oso Polar.

Actualmente existen aproximadamente 20 000 osos polares (Ursus maritimus) en el Ártico donde pasan la mayor parte de su vida en el hielo sobre el que cazan su alimento.

Este gigante que tiene la cualidad de ser un buen nadador, recorriendo hasta 100 km de distancia.

Este excepcional cazador llega a pasar horas sentado en el hielo esperando a que salga a la superficie su presa favorita, las focas, las cuales son muy difíciles de atrapar ya que llegan a usar más de 15 respiraderos diferentes confundiendo al depredador. La batalla por sobrevivir la están perdiendo, como consecuencia directa de la irresponsabilidad del hombre que esta destruyendo su propio hábitat.

La época de caza es cada vez más corta, limitando la obtención de su alimento preferido el cual tiene elevados niveles de mercurio por exposición a peces contaminados poniendo en riesgo la salud de los osos debido a que las temperaturas están aumentando.

Desde hace miles de años el hielo marino le ha permitido cazar y reproducirse; pero debido a su rápida desaparición el oso polar se ha visto en la necesidad de nadar largas distancias quedando expuesto al mar abierto llegado al límite de su resistencia. Esta situación cada vez se vuelve más común poniéndolo en serio peligro, obligándolo a recorrer grandes distancias llegando al límite de su resistencia, ahogándose en el intento por conseguir alimento.

Su gran aliado, el hielo, se ha convertido en su peor enemigo, ya que está desapareciendo a gran velocidad impidiendo sus posibilidades de reproducirse y alimentarse.
Ya que el hielo huye de él, lucha día a día por permanecer en su cada vez más reducido hogar. Desafiando a la escases de alimento.



El simple hecho de pensar que sólo quedan aproximadamente 20, 000 osos polares en el Ártico, ¿no crees que sea necesario reaccionar?

Hoy estamos siendo testigos de la agonía que sufren los osos polares, Sin embargo es importante saber que en nosotros está la preservación de especies tan maravillosas como ésta. Tomemos conciencia del impacto que tienen nuestras acciones.

Nadie nos garantiza que no seamos nosotros la especie que en un futuro se esté extinguiendo. Recuerda que todos somos parte de un ciclo y debemos respetarlo.

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