Moscas, perros, pájaros y ballenas musicales

Luz Arcelia Suárez Ramírez

Marzo 4, de 2024



Palabras clave: Música, sonidos de animales, Músicos

No hace mucho, la doctora Ana María Román de la Facultad de Veterinaria y Zootecnia de la UNAM me invitó a buscar ejemplos de música clásica en los que participan sonidos que los animales producen. Bella tarea, es increíble que usemos el lenguaje de otras especies para crear arte, me parece muy incluyente, como si fueran obras en diversos idiomas. De ahí nació este artículo en el que sólo decidí mencionar a tres autores de una lista que resultó muy larga: al conocido Antonio Vivaldi porque cita a dos animales poco frecuentes en textos y siempre presentes en la vida, los perros y las moscas; a Takashi Yoshimatsu, a quien conocí gracias a esta pesquisa, su originalidad me sorprendió agradablemente; y, por último, al estadounidense George Crumb, cuya propuesta musical sobre el canto de las ballenas resultó en una de las más bellas obras del repertorio vanguardista.

Quiero anotar que me gustaría mucho, claro, que quien leyera estas notas acudiera a escuchar las piezas musicales citadas, se encuentran fácilmente en YouTube o Spotify, sin embargo, confieso que las obras de Yoshimatsu y Crumb no son fáciles de asimilar. Sirva esto, entonces, como una guía para ahondar en la información sobre temas culturales acerca de dos compositores del siglo XX. Considero que entender que la música clásica está sustentada en planteamientos filosóficos y preocuparse por conocer algunos de estos es de enorme valor, nos permitimos así apreciar el arte desde distintas perspectivas. 

Muchas gracias.

Antonio Vivaldi – las estaciones: moscas y perros que ladran


Los datos biográficos de Antonio Vivaldi son fáciles de encontrar en la red, no me detendré en eso porque lo que quiero decir es algo más y me gustaría salir un poco de su contexto tradicional.

Vivaldi trabajaba con mucha dedicación en el Ospedale della Pietà, un convento, hospicio, orfanato y escuela en Venecia. Él dirigía y daba clases a su conjunto musical femenino. Su misión era que las chicas aprendieran a tocar instrumentos, que leyeran música y que hicieran buenos conciertos ¿Cuánto tiempo tendría al año para obtener un resultado que sus autoridades aprobaran? ¿Habría faltistas en su grupo musical? ¿Los directores lo presionarían para que presentara programas que los patrocinadores consideraran valiosos? La experiencia del pelirrojo maestro no debía ser muy diferente a los desafíos que enfrentan los maestros actuales y pienso que son detalles fuertes que determinaron el estilo en el que compuso la mayor parte de sus obras. 

Actualmente hay quienes señalan su producción musical como monótona, como las variaciones, dicen, de un único tema que desarrolló a lo largo de toda su vida. Pienso que su circunstancia laboral influyó muchísimo en su proceso creativo, gracias a ello sus obras son prácticas y accesibles, aunque ahora, varios siglos más tarde tengamos valor para calificarlas como monótonas. Me causa mucha curiosidad. El mismísimo Johann Sebastian Bach lo admiraba, siendo así, pienso que no estamos valorando al italiano como debiéramos, estoy segura de que no estamos tomando en cuenta algo que Bach sí… bueno, a la larga: ¿el reggaeton, por cierto, no les parece monótono? 

Ya que me niego a comulgar con la idea de la supuesta monotonía de Vivaldi, me hago a la tarea de tratar de mostrar algunos aspectos que, es posible, estemos pasando por alto. 

Tomemos sus muy conocidas Estaciones

Le Quattro Stagioni son un grupo de 4 conciertos para violín y orquesta de cuerdas que pertenecen a un mismo registro de obras, Opus 8. Vienen en paquete junto con otros conciertos: Il Cimento dell’armonia e dell’inventione, es decir en español, La prueba de la armonía y de la invención.

Como ya muchos de ustedes bien deben saber, los cuatro conciertos están registrados, según el catálogo del danés Peter Ryom, Ryom-Verzeichnis, con las siglas RV seguidas de su correspondiente número:

La Primavera, concierto n. 1 en mi mayor, Op 8, RV 269.

El Verano, concierto n. 2 en sol menor, Op 8, RV 315.

El Otoño, concierto n. 3 en fa mayor, Op 8, RV 293.

El Invierno, concierto n. 4 en fa menor, Op 8 RV 297.

En favor de la creatividad, Vivaldi escribió para sus Estaciones cuatro sonetos:

La primavera

· Allegro ·

Llegó la primavera y festejándolo 

La saludan los pájaros con su alegre canto,

Y las fuentes con el soplo de los cefirillos, 

Con dulce murmuro, discurren entretanto;

Cubren el aire con su negro manto 

Rayos y truenos elegidos para anunciarla.

Callando así estos, los pajarillos 

Vuelven otra vez con su canoro encanto.


· Largo ·

Y así, sobre el florido y ameno prado, 

Al caro murmurar de bosques y plantas,

Duerme el cabrero con el fiel can a su lado.


· Allegro ·

De la pastoral zanfoña al son festejante

Danzan ninfas y pastores en el techo amado

A la brillante llegada de la primavera.


El verano

· Allegro ·

Bajo dura estación por el sol encendida

Languidece el hombre, languidece el rebaño y arde el pino;

Suelta el cuco la voz y, cuando la entienden, 

Cantan la torcaz y el jilguero.

El Céfiro dulce sopla, pero en disputa

Se mueve Bóreas de improviso a su lado;

Y llora el zagal porque suspendida

Teme a la fiera borrasca, y a su destino.


· Adagio e piano – Presto e forte ·


Roba a sus miembros laxos el reposo

El miedo al relámpago y los fieros truenos

¡y de las moscas y moscones el tropel furioso!


· Presto ·

¡Ah, que son sus temores verdaderos!

Truena y fulmina el cielo y, granizoso,

Trunca las cabezas de las espigas y los granos altera.


El otoño

· Allegro ·

Celebra el rústico con bailes y cantos

La feliz vendimia y el alegre placer,

Y del licor de Baco encendidos tantos

Acaban con sueño su gozo.


· Adagio molto ·

Hace cada uno saltos y bailes y cantos

El aire que templado da placer,

Y la estación que invita a tantos,

De un dulcísimo sueño, al bello gozo.


· Allegro ·

Cazador que al alba sale a la caza,

Con cuernos, escopetas y jaurías salen fuera;

Huye la fiera y la rastrean;

Ya sorprendida y agotada por el gran ruido

De escopetas y perros, herida amenaza,

Lánguida, con huir, pero abrumada muere.


El invierno

· Allegro ·

Helado tiritar entre la nieve plateada

Al severo soplo del hórrido viento

Correr batiendo los pies en todo momento;

Y por el soberbio castañetear los dientes;


· Largo ·

Estar junto al fuego,

Tranquilos y contentos,

Mientras afuera la lluvia moja a ciento.


· Allegro ·

Caminar sobre el hielo y a paso lento, 

Por miedo a caer, avanzar con cuidado;

Ir firme, resbalar, caerse al suelo,

De nuevo ir sobre el hielo y correr rápido

Sin que el hielo se rompa y se desmenuza;

Sentir que sale de las puertas herradas 

Siroco, Bóreas y todos los vientos en guerra;

Esto es el invierno, pero tal, que alegría nos trae.


Me encanta ver como coinciden con la música. Los sonetos corresponden a cada concierto y, cada verso a sus movimientos. Podríamos decir que traduce las palabras a idioma “música”, de tal manera que, si nosotros tomáramos tal verso y ponemos el concierto y movimiento correspondiente, estaremos escuchando en términos musicales lo que el texto dice, pájaros, paisajes, acciones, escenas. Incluso, anota en las partituras pequeños letreritos a través de los cuales es posible seguir el soneto y saber hasta el tipo de pajarito que está citando; por supuesto, todo esto es muy útil para la interpretación. 

Es una de las obras más escuchadas en el mundo, la música está ya muy arraigada en nuestros oídos y nuestra atención se queda mucho en los sonidos, en las frases musicales y las armonías. Los músicos siempre quisiéramos que fuera así en toda la música y no sólo en Las Estaciones, que el público estuviera muy empapado de un sinfín de obras musicales de tanto escucharlas, y que pronto reconocieran sus melodías y la secuencia de las partes. Irónicamente, quiero ahora hacer notar que nos enfocamos tanto en los sonidos de Las Estaciones que perdemos detalles que describen cosas muy simples y cotidianas con las que sería posible transportarnos a otro tiempo, el tiempo de Vivaldi, y a otro lugar, la Venecia del siglo XVIII. 

Alejémonos un poco de la dimensión musical y pongamos atención a las onomatopeyas más allá del cantar de las aves. 

¿Saben ustedes que hay “perros ladrando” en La Primavera y en El Verano? Es curioso. Antonio Vivaldi describió a un perro que ladra en La Primavera por medio de sólo dos notas. No es fácil notarlas como “ladridos” porque están muy dentro del tejido composicional, siguen la armonía y corresponden al contexto… no son dos notas extrañas que griten “¡¡Escúchenos!! ¡¡Somos dos ladridos!!” ¿Qué cómo es que lo sé? Pues porque viene anotado en la partitura y lo señala el soneto: 

“Y así, sobre el florido ameno prado, al caro murmurar de bosques y plantas, duerme el cabrero con su can al lado.”

… entonces, escribe el ritmo  en el pentagrama de la viola, traducido a “idioma perrito” y en nuestro alfabeto: “Guau-Guau”, dos ladridos del perrito y pone en la partitura “Il cane che grida” y agrega “(Si debe suonare sempre molto forte e strappato)”, esto es “El perro que grita” y “(Siempre hay que tocar muy fuerte y desgarrado)”

Una vez definido el tema musical del perro, en El Otoño, Vivaldi recurre a esta misma figura rítmica pero repetida desfasadamente entre varias voces para describir una jauría que acompaña a los cazadores en el tercer movimiento: 

Cazador que al alba sale a la caza con cuernos, escopetas y las jaurías salen fuera”

Por otro lado, y desde otra perspectiva, si ahondamos un tanto en las circunstancias del momento y del lugar, encuentro que los sonetos no son tan lindos. Considero que nuestra percepción nos juega en “color rosa” y, tanto los sonidos como los textos, nos parecen idílicos, sin embargo, no lo son tanto. 

Miren ustedes, el maestro hace sonar cantos, pajaritos, riachuelos, el movimiento del follaje con el viento y, además, truenos, el llanto de un niño, tormentas, borrachos tambaleantes y somnolientos, el sol intenso y… moscas.

Imagínense ustedes el calor en un lugar tan húmedo como es Venecia, sin refrigeradores, sin medidas sanitarias adecuadas sobre 30° C: abundantes moscas y mosquitos por todos lados: 

“Roba a sus miembros laxos el reposo el miedo al relámpago, y los fieros truenos ¡y de las moscas y moscones el tropel furioso! ¡Ah, que son sus temores verdaderos! Truena y fulmina el cielo y, granizoso, trunca las cabezas de las espigas y los granos altera.”


Las moscas ocurren “en tropel furioso” en la partitura de El Verano de Vivaldi en el segundo movimiento, dialogando con los truenos, tormentas y granizo. Si bien las moscas son necesarias en un ecosistema sano, sabemos que no son buena señal de higiene para los humanos.

No quiero dar tregua. Por otros detalles, supongo que, en ese tiempo muchos morían de deshidratación o por enfermedades al beber agua contaminada, las tormentas provocaban crecidas arrastrando a la gente y al ganado, los truenos provocaban incendios y, luego, el frío invernal, “el hórrido viento”, dice, y el resbaloso hielo.

¡Caray! Estoy pasando de considerar el glamour con el que acostumbramos a arropar a Las Estaciones a mostrarla como una obra épica que describe qué tan difícil la pasaba la gente de esa época y todo cuanto habían de superar año con año...    

Sin embargo, no tiene caso, no hay remedio tampoco para mí. Confieso cínicamente que, con perros, moscas, truenos y granizo, me siguen gustando y las escucho con mucho gusto. Prefiero las versiones ágiles y bravas, porque cuando llega la lluvia en el 2º movimiento del Invierno, me suena muy placentero en mi jardín, acompañada de un cafecito o un buen vinito ¿Cuáles versiones prefieren ustedes? 


Bibliografía para VIVALDI - Las Estaciones: moscas y perros que ladran

Antonio Vivaldi. (12 de FEBRERO de 2024). Obtenido de WIKIPEDIA / LA ENCICLOPEDIA LIBRE : https://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_Vivaldi

He aquí los sonetos que Vivaldi escribió para las Cuatro Estaciones. (21 de JUNIO de 2020). Obtenido de MUSICAANTIGUA.COM: https://musicaantigua.com/he-aqui-los-sonetos-que-vivaldi-escribio-para-las-cuatro-estaciones/

Kristine Forney & Joseph Machlis. (s.f.). Antonio Vivaldi: His Life and Music. En K. F. Machlis, The enjoyment of MUSIC (págs. 190 - 194). New York, London: W. W. NORTON & COMPANY.

Las Cuatro Estaciones. (12 de FEBRERO de 2024). Obtenido de WIKIPEDIA / LA ENCICLOPEDIA LIBRE : https://es.wikipedia.org/wiki/Las_cuatro_estaciones


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