Renuncia

 Fernando Mora

kenderster@gmail.com

 "Me consuela saber que cada día

resto a la cuenta de mis años

tiempo para el sueño eterno."

Renuncio a la vida. No tengo nada que ofrecerle ni ella nada que yo pueda querer. En esta realidad, no se puede caminar con hambre de trascender bajo este sol de efecto invernadero con la manos vacías de sueños, ocultos bajo la máscara de la sensatez.

Renuncio a seguir viviendo una vida en la que mis semejantes se afanan por que nadie les quite su puesto en su fila imaginaria, empeñados en cosificar lo mas inherente al ser humano; avalando la razón por los sabios que el mismo mundo determina; el amor por conveniencia y una Verdad condicionada a ser la que todos quieren escuchar.

Renuncio a un mundo donde no tienen cabida los anhelos del corazón, desplazados a segundo término en función de una realidad donde la ignorancia es un don y los abusivos e indiferentes son los mas aptos para sobrevivir en esta lucha del hombre contra el hombre.

Renuncio a esta vida donde todo mundo dicta reglas de cómo, por qué y para qué amar o desamar, donde la sinceridad no encaja en los círculos hipócritas de la psicología y la moral, que juzgan y cuestionan el libre albedrío como un acto criminal y lo condenan al desprecio como al peor de los males.

Renuncio a esta vida de sonrisas forzadas, de amores prefabricados, de indiferencia por el dolor ajeno. Espero que pronto esta rabia contenida termine de propagarse por los órganos sanos, allende el corazón anquilosado de tanta esperanza vana,  para terminar de irme y dejarlos sufriendo sus breves amores eternos superficiales y no correspondidos; sus semejantes indispuestos a cambiar de actitud, a sabiendas que no les queda vida para que los demás lo disfrutemos. Sigan buscando nuevos horizontes, rescatando de la basura los escombros de los viejos esquemas. Allá ustedes y sus vanos esfuerzos para encontrar en el camino el verdadero amor, hurgando en las sobras de su miseria.

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