Viviendo
acontecimientos que muchos de nosotros ni imaginábamos, logramos que
nuestras semillas germinaran. Así, gracias a los colaboradores,
florece este número de mayo de nuestra revista.
Dentro
de un mundo de dudas, de pérdidas, de episodios de dolor, la
profesión veterinaria mexicana se ve envuelta primero en un paro de
actividades académicas desde el 27 de febrero hasta el 17 de abril.
Para dar paso al personal de vigilancia y proceder con el protocolo
de contingencia debido al COVID-19.
Es
de resaltar la madurez de los estudiantes de medicina veterinaria ya
que tanto las instalaciones como el equipo de la Facultad, no
sufrieron daño alguno.
La
redacción de la revista se une a la pena por el fallecimiento del
profesor, doctor Roberto Cervantes, especialista en microbiología,
acaecido el 21 de abril. Hacemos votos por todos los seres humanos,
todos, sobre todo los más vulnerables.
Es
tiempo de desempolvar nuestra compasión,
tiene una
fragancia única; ella va a dar un nuevo sentido a nuestro devenir
por el mundo.
Es
una cualidad que nos humaniza y enternece. Veamos y atendamos
nuestras necesidades y las ajenas. Tomaré ahora las palabras de un
gran maestro: Hagamos nuestros mayores esfuerzos para dejar el
planeta un poco mejor de cómo lo encontramos (V. M. Casas Pérez).
Contamos
en ésta ocasión con grandes colaboraciones, espero que disfruten su
lectura. A todos los colaboradores:
¡Muchas
gracias!
Cordialmente
Ana
María Román de Carlos
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