MVZ David Silva Olvera
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Colegio de Médicos Veterinarios Zootecnistas del DF
Si hoy hago la misma reflexión puedo decir que todas las áreas, tanto sociales como científicas en varias circunstancias trabajan a la par y se complementan unas con las otras; y tengo la fortuna de conocer a grandes amigos que después de estudiar veterinaria ahora también son abogados.
En este sentido, debido a la necesidad y la dinámica social que vivimos en nuestro país, bien se podría considerar que mediante el uso de la dialéctica veterinaria se daría un salto cualitativo en el sector agropecuario, médico, científico de nuestra área como fundamento en reformas estructurales, aunado a ello, esta forma de pensamiento se complementa con sustanciales ramas filosóficas, cobrando mayor importancia la aplicación de la bioética y el concepto del paradigma que considera el mundo y la salud como unidad, mismo que ha sido abordado con anterioridad por expertos procurando en beneficios a los seres vivos que habitamos el planeta.
Ahora bien, la dialéctica puede definirse como la doctrina del desarrollo que no conoce objetivos eternos e invariables, ni tampoco acepta un conocimiento definitivo y culminado. En su forma científica la dialéctica nace ante todo como resultado del desarrollo de la ciencia misma, natural y social, luego entonces, algunos pensadores postulan el descubrimiento de la célula por Robert Hooke y la creación de la teoría evolutiva por Charles Darwin como tangibles ejemplos de ello.
En ese contexto el desarrollo de la ciencia, la investigación y la clasificación de los hechos, condujeron a los científicos de períodos posteriores a la conclusión de que aunque los objetos particulares, fenómenos, animales, plantas, etcétera; cambian, también son invariables las leyes que dirigen esos fenómenos.
Si la conciencia es el resultado del desarrollo natural y regular de la materia y es una propiedad especial del cerebro que ayuda a los seres altamente organizados a adaptarse a las condiciones de su existencia, específicamente los humanos, se confirma el postulado del naturalista inglés Charles Darwin, quien decía que la especie que sobrevive no es la más fuerte, ni la más rápida, ni tampoco la más inteligentes sino aquella que se adapta más fácilmente al cambio. Empero aun cuando el hombre sea una especie dominante, se puede asegurar la adaptación al cambio, a pesar de tener las herramientas de vida para desarrollarnos como seres humanos, también se crean factores negativos como son las codependiencias y los arraigos.
Cabe preguntarnos ante la luz del conocimiento científico; la filosofía y el pensamiento crítico: ¿Es la dialéctica veterinaria un concepto objetivo o subjetivo? ¿Podemos aplicarla en un contexto ético? La tendencia en el campo de trabajo ¿nos permite ser idealistas o materialistas? ¿Rompemos paradigmas o seguimos dogmas?
Si aplicamos la dialéctica en el ejercicio profesional de la Medicina Veterinaria y Zootecnia, desarrollando una responsabilidad, ética, tal vez podríamos comprenderlo como un idealismo utópico sin embargo, es posible creer que se contribuiría al progreso científico para el beneficio de diferentes áreas y rubros donde él médico veterinario zootecnista en su papel de padre, madre, esposo, o esposa incide y aplica sus conocimientos en el ejercicio profesional.
Ante la negativa percepción, ya que puede parecer retórico, también debemos buscar el resquicio y recoveco de las normas de conducta que regulan la salud y el bienestar animal, es conveniente, sobre todo, ser incisivos y asertivos al expresar si estas son verdaderamente viables o aplicables al instrumentarlas o si solo benefician a un sector o grupo social y no a toda la población.
Analizando varios conceptos que menciona la dialéctica, se puede deducir que lo que sería complejo en apariencia, lo podemos hacer sencillo en esencia, con base al conocimiento como mecanismo de acción epistemológico bien dirigido y orientado al progreso; no así al corporativismo, más bien enfocado a la verdadera transformación de nuestro país y no al empobrecimiento denigrante que influye en el desarrollo de la nación. Esto no lo propone un impostor, lo escribe alguien que al salir a enfrentar la vida, algunas ocasiones trae la cabeza envuelta en una nube, sin temor a la opinión de los lectores.
Persisten la interrogante ¿La dialéctica puede utilizarse como filosofía científica? Sería mediante la realización una sublime obligación moral, desde luego respetando el código de ética veterinario que constituye nuestra esencia como profesionistas.
Como ejemplo histórico tenemos una visión diferente que en el siglo XIX Luis Pasteur mencionó. “La medicina humana cura al hombre y la Medicina Veterinaria cura a la humanidad”, tal vez este médico francés ya comprendía el concepto y un mundo una salud, bien valdría la pena preguntarnos en donde empieza la humanidad del hombre, si es que nuestra profesión es humana o humanizante, y si la humanidad es inmanente a la compasión, o se asume respetando o negando la dignidad de todo ser que habita en el planeta, cual sea sus condiciones de vida.
Así como el cristianismo busca la redención, el budismo busca la iluminación, el capitalismo la acumulación de riqueza, también debemos plantearnos: ¿Que buscamos? ¿Es que a caso la felicidad no sería un derecho humano?
La exigencia no es sólo el respeto a los derechos propios, si no el de los terceros, ya sea por parte de alguna autoridad o por parte del mismo individuo; pues de esta manera, al defender los derechos a terceros, se establece una relación recíproca y se fortalece la convivencia sociedad.
Por otro lado, me he preguntado si ¿La libertad nos garantizará la felicidad?, si es sabido que cada libertad o garantía tiene integrada una serie de limitaciones a su ejercicio individual; o un conjunto de condiciones para su debido ejercicio; es decir, la libertad no es absoluta. La normatividad tradicional por la que estamos regidos está construida sobre una aparente dicotomía que enfrenta a la libertad con un límite; cuando en realidad una y otro son complementarios.
Sin imponer un criterio dogmatico o pretender influencia en la creencia y religión eclesiástica o la filosofía contemporánea, es importante que cada uno de nosotros debamos desarrollar independencia, pensamiento creativo y conciencia.
Esto influirá positivamente en la convivencia no solo entre nosotros como personas sino de nosotros para con los animales y plantas.
Buscando ampliar lo más posible la percepción se propone que en la Medicina Veterinaria y Zootecnia podamos distinguir el objeto y la conciencia sin asignar etiquetas como materialistas o idealistas, por ello no resultaría impertinente ni demagógico exaltar una percepción de la vida misma. No obstante que el resultado de ese empeño puede ser considerado confuso para unos y ambiguo para otros, sobre todo en su apreciación, en lo personal lo considero pertinente y preciso, sobre todo si queremos ser creadores de nuestro propio destino.
El riesgo de obrar equivocadamente conforme a la moral existe en el quehacer cotidiano, por ello debemos recapacitar si estamos conduciendo adecuadamente nuestra vida personal y profesional en la rutina y la dinámica en la que vivimos, o por el contrario, estamos ejerciendo conductas antisociales como: tirar basura en la calle, o peor aun abandonar a un hijo o hija, o corrompiéndonos ante las autoridades, mintiendo, defraudando, etc.
Derivado a lo anterior podemos descifrar las diferentes circunstancias de lo simple a lo complicado y de lo complicado a lo simple como anteriormente lo habíamos mencionado, entendiendo la sistematización y no la contradicción de la tendencia, función y camino de la Medicina Veterinaria y Zootecnia en la actualidad.
Por ello creo que ante cualquier circunstancia, debemos desarrollarnos y conducirnos con ética, buenos sentimientos y honestidad en nuestro ejercicio profesional, aunque cada día se pierda la fe en la institución o persona que ejerce la procuración de justicia que nos rige.
Ahora bien, los valores y principios no han desaparecido, es solo que no son ejercidos y esto debemos permearlo a las nuevas generaciones, siendo que a ellas les corresponde ser mejores profesionistas que nosotros, ellos tendrán que honrar sus palabras y dignificar nuestra profesión como muchos lo han hecho, no solo en palabra, también en sus acciones.
Una vez practicando la coherencia entre el pensamiento, dicho y hecho como conducción de sus vidas, podremos llevar a cabo de manera creativa la práctica veterinaria como parte fundamental en nuestro quehacer de nuestro ejercicio profesional.
De modo que también contribuimos en la consistencia social, salud pública, educación pública identificando a los principales enemigos retrógrados de los países subdesarrollados, en donde la miseria e ignorancia son sus peores enemigos y no han sido totalmente erradicados.
En ese tenor existen factores que influyen intrínsecamente y de forma inherente a aquellos que sean retrógrados, por esto conviene conocer y atender oportunamente tales temas, ya que el tiempo de las sociedades es largo y el de nosotros como individuos es corto.
Tal vez el argumento de la mayoría de colegas que eligieron esta profesión porque no querían tener ningún contacto con las matemáticas o estudiar leyes y conceptos sociales, se planteó por desconocimiento de nuestra área.
Durante nuestro camino tropezamos, caemos y nos levantamos ya que es parte del proceso y el aprendizaje de nuestra vida. Las cicatrices pueden recordarnos donde estuvimos, mas no significa que precisamente nos van a indicar nuestro camino o hacia donde nos dirigimos, puesto que nosotros tenemos la plena libertad de elegir, redireccionar nuestro proyecto profesional incluso personal.
También podemos aprender, aprehender o reaprender ¿En aplicación tal vez no, en principios, sí. Aprender no es lo mismo que saber, existen los cultos y también los sabios, la memoria hace a unos y la filosofía a los segundos.
El escritor francés Alejandro Dumas mencionó que la filosofía no se aprende, la filosofía es la reunión de las ciencias aplicadas por genios, tanto que es la nube resplandeciente donde Cristo posó el pie para ascender al Cielo…
Dentro de nuestra formación, vivencias, aprendizaje y aplicación veterinaria, todo este bagaje se apoya principalmente en una doctrina filosófica y hasta política llamada positivista, basada en el conocimiento científico, sin embargo que pasaría si nos desprendiéramos de los feroces y profundos egoísmos que nos rodean y nos abrimos a otras ramas que complementan nuestro intelecto y fortalecen nuestra formación personal y profesional, día a día hemos visto que el campo de acción y las actividades del MVZ son diversas, así mismo podemos diversificar las actividades de la medicina veterinaria, aunque un gran número de sociedad nos considere restringidos a curar perros o gatos, cuando podemos ser progresistas y no pesimistas, es por ello que es de esperarse que la fuerza pragmática y el interés científico veterinario logren incorporar otras alternativas y abrir nuevos caminos ante la tendencia y necesidad que vivimos no solo en nuestro país.
En lo personal si volviera a nacer elegiría a la humanidad, sin ser antropocentrista, de nuevo escogería ser veterinario, no obstante, recuerdo aquel día al iniciar mis primeras clases en la facultad, sin saber que la primera escuela veterinaria del mundo fue fundada en Lyon Francia en 1761 y que en México el día 17 de agosto se lleva a cabo la celebración del día del Médico Veterinario Zootecnista, mucho menos sabiendo que Heráclito es considerado el padre de la dialéctica, ese día ya había elegido mi camino.
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