El mundo poco conocido de las suculentas (Parte 1)



Diego Ramirez Toriz
Biólogo



Conocidas por todos, ignoradas por varios, y amadas por muchos; las plantas suculentas, se distribuyen a lo largo del mundo, adaptándose a condiciones inclementes, mostrandose hermosas con características exóticas y poco conocidas, lo cual las convierte en plantas con un excelente potencial de conservación, no sólo de parte de la comunidad científica sino de los que se asombran y benefician de sus características.

Hojas de formas caprichosas, pequeñas, carnosas y de colores extraordinarios son las que caracterizan a estas familias de plantas; así como floraciones que tardan hasta más de un año en llegar, propiedades alucinógenas, y su metabolismo particular. También las distingue de las demás plantas no suculentas, el parecido entre familias tanto de América como de Sudáfrica.

 México, siendo el cuarto país con mayor biodiversidad, después de Brasil, Colombia e Indonesia, cuenta con un total de 669 especies de cactus de las 1,400 a nivel mundial y 518 de éstas son endémicas, y de la familia de las crasuláceas se conocen de 900 a 1,500 especies, teniendo un total de 373 especies repartidas en 13 géneros. Familias como la Cactaceae, Aizoaceae, Euphorbiaceae y Crassulaceae son las más importantes representantes de estos organismos. Algunas cactáceas  y agaváceas como la biznaga o los nopales usados por su pulpa y su fruto (la tuna) y  los agaves para la obtención  de mezcal junto con  el pulque, forman una parte importante de la economía de la población agricultora, así como la fama de las propiedades del peyote son unas de las cosas que diario a diario se platican y se viven; sin embargo, el constante deterioro de los biomas y la depredación y furtivismo, no exime a estas plantas de su discreta pero constante desaparición. A pesar de que el panorama no pinta muy bien para todas, es importante dar a conocer un poco de este mundo que ha fascinado no solo a científicos sino también a gente que se dedica a cuidarlas y preservarlas, y a crear técnicas para mejorar el cultivo de estas plantas.

 Ésta primer parte iniciamos con  la familia de las aizoaceas (Aizoaceae) pues es la más llamativa; cuenta con más de 1000 especies repartidas en 126 géneros y ha generado en los últimos años un boom para los coleccionistas tanto de cactáceas como de plantas en general, teniendo como género bandera a Lithops, también llamadas “piedras vivientes”, pues la forma de sus hojas ha ido evolucionando  de tal forma que adquieren la apariencia de una piedra enterrada en el suelo.  Dotadas de una forma parecida a la de un cono invertido, teniendo en la parte inferior que es más estrecha el conjunto de raíces,  estas plantas crecen en desiertos de Sudáfrica, en suelos carentes de nutrientes y humedad ; la parte superior de las lithops es conocida como “ventana”, es la parte carente de pigmentos fotosintéticos que ayuda a transportar la luz hacia los cloroplastos que se encuentran dentro del tallo carnoso de la planta, al igual que todas las suculentas fotosintetiza de noche ya que ésta adaptación evita la pérdida de agua durante el proceso fotosintético durante las horas más calurosas evitando la desecación, la manera de mudar sus hojas, sus flores anuales, que en su mayoría son hermafroditas, su lento desarrollo y su peculiar forma de hacer colonias, las hacen unas de las plantas más atractivas que se puedan conocer.

Son plantas de cuidado mínimo ya que al estar adaptadas a climas extremadamente secos, sobreviven bien en cultivos faltos de agua, haciéndolas ideales para el personas que se desenvuelven en el ritmo acelerado de la ciudad.

En las próximas entregas se ahondará en sus características biológicas y demás.

A continuación una galería de la colección personal de su servidor.

Lithops karasmontana

Lithops sp.

Lapidaria margaretae

Pleiospilos nelii   

Conphytum iviforme

Faucaria tigrina   

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hola quisiera saber cual es el correcto riego de la lapidaria, es decir, si es por arriba o por abajo y si es directa en la hoja?

Caedanto dijo...

Por arriba, sin tocar las hojas.

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