Yo puedo desmentir esto al decir con toda la franqueza del
mundo, que todavía podemos encontrar seres con el alma blanca y la sonrisa
sincera.
¡Dicen que no hay amigos verdaderos!
Yo puedo decir con toda honestidad que mienten, pues a mí vuelo he
encontrado personas maravillosas capaces de dar todo por un amigo, de la forma
más sincera y honesta de este mundo.
La vida nos da motivos para continuar en nuestro recorrido por el
sendero, así mismo nos pone los medios para llegar a las metas trazadas por
nosotros mismos; pero creo que lo mejor de esto, es que nos pone a las personas
correctas para hacernos crecer y madurar en muchos aspectos.
Yo a lo largo de mi vida he tenido muchos seres maravillosos a mí lado
en este viaje, personas maravillosas que me han regalado conocimiento y
sabiduría a través de sus palabras y enseñanzas; pero más que nada he podido
tener grandes amigos que aunque la vida nos ha
llevado por senderos distintos, todavía podemos coincidir y vernos con
la misma emoción y emotividad que cuando compartíamos camino.
Así mismo hoy quiero darle las gracias con este pequeño detalle a mi duende
de la ciudad de las murallas, ya que sin su apoyo, enseñanzas y paciencia, en
este momento no podría ser lo que soy en mi nueva aventura. “Muchas gracias
amigo mío, por todo el apoyo y sobre todo por brindarme la oportunidad de
aprender de tu experiencia”.
Con todo el cariño del mundo a mi Duende de la ciudad de las murallas (Roger
Armando Aguilar Pantoja).
MVZ Silvia Estela Rivera Melo Dragoncito
Tú en mi vuelo
Hoy desperté con el dulce sabor de boca al pensar en ti, comprendí que mi camino y adaptación a este
nuevo mundo que se me abre cada día, me ha sido más fácil gracias a tu ayuda y
apoyo para que no sea tan duro el golpe
con la realidad de la vida laboral.
Gracias a ti, he podido aprender a perder el miedo ante un mundo no muy
facial de domar, y si muy difícil de conquistar; me has dado los tips para no
llorar cuando mi coraje es mayor que mi gusto.
En los momentos de frustración, tu mano siempre ha estado presente, así como
tu apoyo y tu paciencia para escuchar lo que me está pasando y el consejo
adecuado para superar congruentemente el suceso.
Y como dejar de lado las sonrisas que has pintado en mi rostro, el
conocimiento que has pasado a mi colección de herramientas para hacer mi
trabajo, la honestidad que me has mostrado y sobre todo la fortaleza que has
tenido en tu carrera personal y laboral.
Y puedo escribir un tratado de todo cuanto hemos pasado, pero en esta
ocasión solo quiero que las imágenes digan lo que mil palabras no pueden
contener. Gracias mi Duende por ser mi amigo, mi compañero de chocoaventuras,
mi apoyo moral en los momentos de flaqueza y mi fortaleza en este vuelo nuevo
que compartes en mi vida.
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