Alcoholismo

Dr. Felipe Román López.

Indudablemente el alcoholismo debemos tratarlo con seriedad por los trastornos físicos y morales que ocasiona pero, también es cierto que debemos ver el lado gracioso y aún poético del alcohol pues, grandes poetas le han cantado al alcohol transformado en vino.


Para un menú
Las novias pasadas son copas vacías,
en ellas pusimos un poco de amor,
el néctar tomamos … huyeron los días…
¡Traed otras copas con nuevo licor ….
Champaña son las rubias de cutis de azalia,
los ojos obscuros son vino de Italia,
Borgoña los labios de fino carmín,
los verdes y claros son vino del Rhin!
¡Las negras pupilas escandían café,
son ojos azules las llamas traviesas
que trémulas corren como alma de té!.
¡La copa se apura, la dicha se agota;
de un sorbo tomamos mujer y licor…
Dejemos las copas… Si queda una gota,
que beba el lacayo las heces de amor!.

                                                                        Manuel Gutierrez Nájera.


Cuentos de borrachitos

 Salen 2 compadres de la cantina y uno de ellos dice que él maneja el coche.
Se sube al auto  y empieza a gritar:  - Me robaron… se llevaron el volante, el tablero…hasta los pedales…hijos de …..
-Compadre, compadre… Pásese al asiento de adelante. Se me hace que ya se le pasaron las copas.
-No coompadree, estoy bien…veo bien, mire: ese letrero dice: cajeta de cabra 500 pesos.
-No compadre, dice caseta de cobro a 500 metros…… Mejor nos vamos caminando.


 Un borracho entra a la cantina y dice:
-Bola de jotos, aquí llegó un macho.
Un ranchero grandote se para indignado y le responde: -Yo no soy ningún joto, soy muy macho…¿Y qué?
--Ya ven, ya somos dos machos…¡A ver quien se opone!.


 Un borracho camina por la calle y encuentra a un policía y le pregunta:
-Oiga mi poli ¿cuántos golpes traigo en la frente?.
Lo mira el policía y le dice: -tiene 3 golpes en la frente.
-Gracias poli…me faltan nadamás 2 postes para llegar a mi casa.

 Se acerca un borrachito alegre a una reunión donde se oye música y ve a una mujer vestida de negro.
-Alégrense todos, dice: -a ver, la viudita que baile conmigo.
Le contesta una persona indignada;
-No bailo contigo por 3 razones:
En 1ª. Eres un borracho majadero
En 2ª. El himno nacional no se baila
Y en 3er. Lugar… yo soy el obispo.

 Entra un borrachito a un salón, donde se encuentran varias mujeres.
-Saalucita muchachas,   Feliz Navidad.
-¿Cómo navidad, si ya es abril.
_¡De verás… tonces ora si se enoja mi mujer…me salí de casa para ir a una posada y no he regresado.
-¡OIGAN……..ALGUNA SABE DONDE VIVO?

 ¡ O R A L E   C O M P A D R E ¡
(Del alcohol y sus cosas).


 Era una noche de junio
en pleno mes de noviembre,
cuando  iba pa’ la cumbre
el buen compadre Silverio.
-¡Vaya, hoy si vengo contento!
Traigo en el cinto una daga
q’es de valor instrumento.
Nomás pa’ probar que soy hombre
tomé mucho del vinito,
del que enardece la sangre,
calma la sed y hasta el hambre
y te eleva al infinito.
Ando buscando  la ingrata
que abandonó nuestra casa
por…sabe Dios qué misterio.
Le contaba a los vecinos
que, por andar yo tomando,
no le daba pal sustento.
Yo, realmente, no recuerdo
cuál fue mi último salario.
De lo que sí, estoy seguro
que mi dinero, todito,
se lo di en propia mano,
creo que en el mes de febrero
y ora ya estamos en mayo.
Claro que con tantas copas
pierdo noción de las cosas
que me suceden a diario.
por eso, sin quererlo
me olvidó del calendario…
Pero a Juana la recuerdo
Y, a veces, hasta la extraño,
Por eso es que ahora
la ando buscando, penando
y, a luego que yo la encuentre,
le cobraré sin remedio,
todas las amarguras
que por su culpa he pasado.
Llevo en el alma su cara
con fuego eterno grabado,
y sus ojos, como faros
iluminan el sendero
por donde vago…tomando,
por no poder olvidarla.
Era morena, me parece,
con ojos verdes, supongo,
Aunque, más bien, la recuerdo
güera, de ojos muy negros.
Y así seguía divagando,
sin rumbo fijo, penando.
Más, sus pasos inseguros
por un sinuoso camino,
lo llevaron a la cantina
donde solía departir,
con sus amigos queridos
y su compadre Agustín.
-Órale pues mi compadre,
ya lo estamos extrañando.
Olvídese de la vieja
y venga a decirnos: ¡SALUD!
-Ándele pues compadrito,
ahoguémonos esta pena,
hasta que venga Año Nuevo,
para buscar a Rosario,
a ver, si entonces recuerdo
Nombre y figura de aquella
que, sin piedad, me ha dejado.
Y, órale pues compadrito:
vamos diciendo: ¡SALUD!.

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