20 Años

Carlos Angeles

Cuando estaba en la FMVZ, la doctora Ana María Román, que en ese entonces me daba la clase de Metodología de la investigación, me invitó a colaborar en un proyecto que estaba realizando, la formación de un equipo para sacar a la luz una revista pensada para los estudiantes de veterinaria, alejada un poco de la rigidez de las revistas académicas.

Tengo que admitir que en ese momento la idea me entusiasmó mucho, tan sólo por la oportunidad de poder publicar alguna de las cosas que escribía. No imaginaba que esta sencilla invitación me cambiaría la vida.

Recuerdo nuestras primeras reuniones, donde hablábamos sobre las secciones, qué temas a tratar, qué nombres serían convenientes y demás. Coincidió además que un compañero y amigo, con el que tomaba algunas clases había entrado al proyecto antes que yo, bautizando su sección como "Dr. Cuervo", misma que tuvo que abandonar poco después por falta de tiempo para atender la revista. Y así sin tener la menor idea del trabajo que debía hacer y siendo mi primer experiencia editorial, terminé siendo el encargado. En ese entonces publicamos "Selecciones veterinarias" (hoy Expresiones Veterinarias), revista de contenidos veterinarios y culturales, que daba voz a estudiantes y profesores, publicada como página web y alojada en un modesto servidor instalado en la oficina de la doctora Ana María Román. Mucho tiempo la dirección fue: 132.248… y algunos dígitos más.

Mientras cursaba la carrera me descubrí siendo aprendiendo mucho sobre HTML, diseño web, edición de imágenes, y todo aquello que resultaba necesario para que cada número viera la luz. Fue entonces cuando surgió una costumbre que hasta el día de hoy conservo para mi trabajo, porque cada vez que alguien de la oficina de la Doctora Ana me preguntaba si podía o sabía hacer algo en la computadora respondía con un "sí, claro" o con un "No, pero lo investigo". Gracias a ella y al maestro Jorge Maldonado fue que me empecé a especializar en todo lo relacionado a la computación y la enseñanza, conocimientos que a la fecha me dan de comer por qué se convirtieron en la base de mi trabajo.

Durante estos 20 años cada número de la revista ha sido un nuevo reto, desde el primero en el que participé, para continuar el trabajo de desarrollo web que había dejado el chico de servicio social, hasta los últimos números donde he tratado de mejorar el diseño editorial, y la calidad de las fotografías de la portada. Sin duda expresiones veterinarias es algo a lo que le tengo mucho cariño porque me permitió conocer a un par de personas grandiosas que terminaron siendo muy buenos amigos, a la familia de la doctora Ana María Román que me tuvo toda la confianza en muchos sentidos, permitiéndome trabajar como maestro de sus hijos, y conseguir prácticamente todos los empleos por las que he pasado en el tiempo que lleva la revista. Pero sobre todo porque me ha ayudado a formarme y a ser crítico y sumamente exigente con mi trabajo, lo que ha permitido que hoy en día pueda laborar en lo que me gusta, desde casa regalandome además, la posibilidad de convivir, muchísimo más tiempo del que tiene un empleado promedio, con mi familia.

Así pues que este sea sólo el inicio de otra nueva etapa de Expresiones Veterinarias y que siga creciendo y apoyando a los estudiantes y profesores a expresarse y aprender como lo ha hecho todos estos años, yo no puedo más que sentirme agradecido por ser parte de este proyecto que tiene ya 20 años de vida.

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