¿Qué es un maestro?



Ana María Román de Carlos


Maestro, profesor, persona que enseña una ciencia, arte u oficio; que con su ejemplo nos muestra una forma de vida.
El Círculo Social y Cultural Teloloapense, A. C., rindió homenaje a quien ha entregado su vida a la docencia y ha sido ejemplo que seguir por varias generaciones: la Maestra Felicidad Pineda Barrios, la maestra Bibí. Con ella, a muchos teloloapenses que se han dedicado a la docencia. Para ser profesor es necesario, además de poseer los conocimientos y la experiencia suficiente para ello, saber transmitirlos a los alumnos y despertar en ellos el interés en el conocimiento, además de interesarse en ellos como estudiantes, y como personas... Estar siempre abierto a aprender de ellos... pues de esta manera en cada clase nos enriquecemos mutuamente.
(Amelia Casas Álvarez): Sin amor, no se puede educar a nadie ni ser un eficaz educador, es decir formador de la personalidad humana, ingeniero de almas ¿Cómo se construye un alma? Paso a paso, piedra por piedra.
Hay una fábula de Péguy que me parece hermosa: Charles Péguy va caminando y observa a un tipo cansado, que suda y que pica piedras. Y le pregunta: “¿qué está haciendo señor? -Acaso no ve, pico piedras; es duro, me duele la espalda, tengo sed, tengo calor”. Péguy continúa y ve más lejos a otro hombre que pica piedras, que no se ve tan mal. “¿Señor qué hace? - “Gano mi vida, no he encontrado otro oficio para alimentar a mi familia, estoy conforme con tener éste”. Péguy continúa su camino y se aproxima a un tercer picapedrero que está sonriente y radiante y le hace la misma pregunta, y este responde: “yo señor, construyo una catedral”. El hecho es el mismo, lo que cambia es el sentido que cada uno le da. Esta atribución de sentido viene de nuestra propia historia y de nuestro contexto social. Cuando se tiene una catedral en la cabeza, no se pica y pica piedras de la misma manera.
Retomando el amor, amando a los niños, a los jóvenes se puede despertar en ellos amor por sus maestros, confianza en los maestros y en ellos mismos.
Solamente amando a los alumnos, los maestros podrán dejar de sentir su tarea como una pesada y fastidiosa carga.
Hace falta un gran esfuerzo por parte de padres y alumnos para lograr que el nivel educativo en México llegue a ser mejor, eso ni qué dudarlo, pero también es cierto que la labor docente es parte importante del cambio.
Pero en esta labor, a veces lucha solitaria y frustrante de enseñar, los profesores de cualquier nivel tienen que recordar que no se aprende sólo con las palabras o las tareas, la mitad de la enseñanza depende del ejemplo, y únicamente aquellos que saben ser un buen ejemplo llegan a conmover de vez en cuando a un alumno y a convencerlo de que existen cosas en la vida mucho más valiosas que el ir a la escuela para pasar las materias.
Ser un buen ejemplo incluye ánimo para realizar las labores cotidianas, alegría para comunicar lo que se sabe, respeto verdadero, no solo trato amable, interés y pronta respuesta a las solicitudes de los semejantes, pero sobre todo amor y compromiso para con la profesión. Los maestros que logran convertirse en ejemplo a seguir son los que de verdad hacen el cambio, el resto no son más que artesanos en un mundo donde se necesitan verdaderos artistas.
Hay muchos profesores, instructores; pero verdaderos maestros, muy pocos.
Maestra Bibí: fue para mí conmovedor que usted, mi maestra de kínder, después de tantos años, décadas de no frecuentarnos, me mandara saludar con una paisana. ¡Se acordó de mí! fue mi primer pensamiento. Conocerla fue un placer, compartir con usted este pequeño espacio es algo que no voy a olvidar, usted es parte de mí y estará siempre acompañándome con sus enseñanzas y su ejemplo.
Gracias.

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