Un campo con sed de extensionismo

MVZ Silvia Estela Rivera Melo (Dragoncito)

Con todo el cariño, respeto y admiración al Ing. Roger Armando Aguilar Pantoja, por mostrarme la fascinación de ingresar a las comunidades, a guiarme para entrar a ellas y por ser el primero que me llevo a jugar torea la vaca para vacunarlas en la Selva Campechana de Nohalal, Hecelchakan; Campeche.  A las comunidades mayas que me han abierto sus puertas y se han empeñado en que aprenda su lenguaje, les pido un poco de paciencia, sé que en algún momento podre hablarles con fluidez y entendimiento ¡el idioma maya no es tan fácil! Pero les agradezco el brindarme una segunda casa y una familia que se ya tengo en sus hogares. 

A Dr. Raymundo Profesor de Desarrollo Rural, por las enseñanzas y la pasión por el campo que me brindaste en el aula, por las buenas charlas y el impulso para seguir escribiendo, aunque sean burradas, gracias maestro, amigo y colega, por compartir tu pasión por el campo y haberme enviciado. ¡Heme aquí! como corralero vulgaris, haciendo extensionismo y esperando no terminar como el de la película “El Extensionista”.

Al Dr. Carlos López Díaz por las grandes clases, la pasión y el amor a la administración y el desarrollo rural que me inculcaste en los años de estancia que tuve en nuestra casa FMVZ-UNAM, por la confianza en lo mucho que podía hacer y las porras para que no me desanimara en los momentos Obscuros de la vida.

A Estela Ibarra Sampayo gracias mami, por fomentar en mí el amor a la tierra, a los animales y hacerme entender, que mientras tenga un pedazo de tierra para sembrar, una vaca para ordeñar, una gallina que me de huevo y un borrego para llevar a pastar, mi mesa jamás estará vacía. Por demostrarme que el campo es fe, esperanza y trabajo diario; y que debo ayudar a los que menos tiene, ¿Quizás jamás sea rica?  Pero siempre habrá una puerta abierta para recibirme donde camine.

Al Dr. Jorge Ramírez Loría por ser mi compañero de corrales, de odiseas diarias en la jornada y mi maestro en la brega del día a día en los campos Campechanos. Gracias por apoyarme en mi proyecto “Trabajo sin paga, pero ayudemos a los mayas” comprendo que abecés pido mucho, pero compartes la idea de que no hay mayor satisfacción que verlos vender a un buen precio y aun buen peso sus animales.

A Demetrio Francisco Ruiz Salazar por acompañarme a estas tierras lejanas, dejar tus comodidades de urbe, para terminar en una minigranja, por confiar en mi criterio corralero y dejarme volar los campos haciendo lo que más me apasiona, andar correteando vacas.

A la vida, por dejarme ser un corralero vulgaris con sueños de extensionista, una soñadora empedernida y un ser en libertad.



En la actualidad, el campo mexicano se ha enfrentado a una metamorfosis drástica, el auge de nuevos insumos por producir como la palma de aceite a robado terreno a la ganadería, la explotación excesiva de los hato, provocando el despoblamiento de vientres en la mayoría de los estados, y mientras en los rastros los vientres gestantes se sacrifican sin control; lo que  ha llevado a un déficit muy grande de producción de becerros, primordial en la zona sur del país, que es la que se ha caracterizado por dotar las engordas del centro y norte de México de becerros para consumo nacional y exportación.




Nuestra ganadería exige a gritos profesionistas comprometidos con los pequeños y medianos productores, los cuales en la actualidad están pagando el costo de no tener el apoyo técnico para poder hacer de la producción de traspatio una forma redituable y no solo un ahorro que se va mermando poco a poco, al no saber cómo cuidar de sus animales.

El enfrentarse a un campo agonizante y sediento de apoyo técnico, financiero y de voluntad firme, pide a gritos desenfrenados que tomemos en cuenta los Médicos Veterinarios Zootecnistas e Ingenieros Agrónomos Zootecnistas, el reto de enfrentarnos a usos, costumbres y decepciones enormes de las comunidades y ejidos al ser estafados por personas que lucran con sus sueños de crecer.

Se han creado un sinfín de programas federales y estatales que venden la idea de ayudarles. ¡Oh decepción! los técnicos no cumplen los sueños prometidos, no se presentan más que para que firmen cada uno de los beneficiarios y con ello poder cobrar. Y otro mundo obscuro que opaca los beneficios al campo, es la falta de información e incluso el desconocimiento de las reglas de operación por parte del personal de las oficinas que atiende las ventanillas. ¿Entonces cómo esperamos que la gente del campo este informada?



Los trámites burocráticos que hacen que personas que viene de comunidades lejanas, no se atrevan a tramitar, ya que al ir a pedir información, no dan los requisitos completos y los hacen dar mil y una vueltas para un trámite simple y sencillo; tomemos en cuenta que en muchos lugares solo hay dos corridas al día y son viajes de hasta 6 horas, así mismo es de pensar en la necesidad de gastar lo poco que hay de ingresos en una vuelta en vano.

Las malas experiencias con personas que lucran en las comunidades, que prometen que el programa o proyecto se dará a la comunidad y piden los adelantos del porcentaje correspondiente para poder dar inicio al trámite, y lo único que realizan es la estafa de personas de bajos recursos que se quedan esperando lo que nunca llegara, y gracias a ello dejan de creer en los extensionistas que si están con toda la intención de ayudar y apoyar a las comunidades.

A nuestro campo le hace falta que ingresen personas que no solo vean sus intereses, si no los de una comunidad, que esta sedienta de trabajos dignos, de producción de proteína de origen animal, para alimentar a un pueblo hambriento que hoy, no puede ni siquiera comprar un kg de carne por lo menos 1 o 2 veces a la semana. 



Tenemos un reto demasiado fuerte los que estamos en el campo, los que amamos el frenesí mañanero y el reto de alimentar a un país, ese reto se llama no dejar de existir, y solo se podrá hacer, mostrando a las nuevas generaciones el amor a la tierra y a la producción, el amor a ver crecer una nueva microempresa ganadera que de suficiente sustento a un pequeño productor y que este a su vez genere trabajo para la comunidad.

Los extensionistas están en peligro de extinción, les esta ganando el capitalismo de los grandes productores, el correr de los coyotes que mal pagan las producciones de los pequeños productores que no tienen un canal de comercialización, y la falta de interés de los nuevos egresados por el campo que pide a gritos sus conocimientos.



Estamos dejando que el campo agonice, cuando tenemos el cuerno de la abundancia en nuestras manos, solo requerimos de la fe, la pasión y el conocimiento de hombres y mujeres dispuestos a realizar sueños. Cabe aclarar, que este reto quizás no te dará una paga para traer una camioneta del año, o tener una casa con los lujos de la ciudad, o el ir a vacacionar a los lugares remotos y caros, pero te llenara del agradecimiento de un pueblo que quiere crecer, pero al que han defraudado muchos y del cual te tienes que ganar la confianza.  



No será fácil el inicio, ni al llegar a media travesía, pues uno se topa con un sinfín de trabas desde burocráticas, hasta la renuencia de las comunidades, pero decía Estela Ibarra Sanpallo (Mi Abuelita) “Si eres capaz de mover una piedra, podrás mover la montaña completa en determinado momento”. Y Por experiencia lo digo, es difícil entrar a las comunidades, pero una vez que ven el resultado con uno solo que lo haga, más tarde los demás te abrirán la puerta. 



Por tal motivo hoy digo, MVZ e IA que estas egresando, recuerda que el mundo no solo es una clínica de pequeñas especies, un lugar en una institución burocrática, o un mundo en el laboratorio, hay más fuera de las fronteras de las grandes urbes, sorpresas por descubrir, personas que ayudar, animales que atender, varengas por brincar, corrales por diseñar, vacas, ovejas, cabras, apiarios, gallinas en los patios, cerditos circulando en las calles de los pueblos.



Hay un mundo lleno de magia, de amaneceres majestuosos y atardeceres cansados pero impresionantes; hay ríos que cruzar para llegar a los ranchitos, terracerías que recorrer para poder ir a impulsar una ganadería digna de este país. Hay tanto que hacer, solo es necesario que lo descubras y podamos decirte sin saber dónde llegaste, ¡bienvenido, que nos hacía falta tu presencia para seguir luchando con el extensionismo!

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