Dragoncito
Dicen que la felicidad de la vida, es el atesorar los
atardeceres de nuestras vidas en la memoria, en ellos uno guarda tristezas,
alegrías, felicidad, nostalgia y confusión; quizá porque en cada día que se
marcha uno va dejando pasar las palabras que no dijo, los deseos que no pidió o
simplemente los suspiros que negó.
Y siendo una cosa u otra, hoy quiero regalarles
algunos momentos que en imagen dirán más que mil palabras y que quienes las
vean, si me acompañan entenderán el sentido de cada suspiro, de cada lágrima o
de cada risa.
Con amor, cariño y respeto a todas y cada una de las
personas que me acompañan en mi vuelo y mi odisea llamada vida.
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