MVZ Silvia Estela Rivera Melo
DRAGONCITO
170912 4:15am
Dicen que cuando has encontrado a la persona perfecta para encontrarte a ti mismo, a tus sueños y tu razón de ser, el mundo gira en la dirección correcta a tu destino; y cada paso que das te llena de ilusiones, alegría, sueños nuevos y vivencias que te alimentan en los pequeños sinsabores del camino, lo que te hace dejar atrás cualquier cosa que no esté llena de la esencia de vida. Con todo el amor del mundo, del universo y la esencia de mi propio ser, unas gotas de miel para que endulces tu caminar vida mía. TAM-MMMM-STDHE
¡Mi Amor! Mi amor callado, que se grita en el silencio de la noche universal, dulce como la miel del melipónido que es entregado al ser celestial, en el ofrecimiento de nuestro encuentro, de la unión de nuestros cuerpos en un solo instante, efímero y a su vez eterno; tierno como solo puede ser eso que no lleva intereses humanos, más bien la forma pura de dos almas que se aman sin ver las reglas de una sociedad, sino aquellas que nos hacen ser una sola esencia ante el infinito.
¡Mi amor sublime! Que me envuelve en mágicos momento, sin observar el tiempo, la distancia o el lugar; y sin más deja tonos azules con tintes dorados, unidos con lazos fuertes e inquebrantables, con la uniformidad de lo perfecto y la delicadeza de lo efímero ante una eternidad completa.
¡Mi amor suave! Como tersos pétalos de rosas rojas, de rosas blancas y perfumadas, que le ponen el aroma y el color a mi existencia, a mi vida misma a cada paso a cada día. ¡Mi amor fuerte! Como el poder del universo que llevo dentro y que cada día crece a tu lado, a tu ausencia, a nuestro paso y decisión.
¡Mi amor! Que tiene este momento, pero que también ha sido eterno, y prudente ha esperado este encuentro, para poder ser uno, ser dos, ser un universo nuevo y conjugado, simple, perfecto y complicado para el mundo mismo, para quienes nos rodean y quienes nos verán en el tiempo, en el mundo y la realidad.
¡Mi amor! Tu, yo y lo que somos juntos en el universo, en la vida, en lo que creamos a cada paso que damos, con la firmeza de saber a donde vamos, sin miedo alguno de lo que la incongruencia pueda decir, pues de antemano sabemos con firmeza, que somos lo que debemos ser, y hacemos lo que debemos hacer sin miedos, sin tabús, simplemente somos un ser doble y simple.
¡Mi amor! Mi hombre perfecto, a la medida exacta de mis sentimientos, que aunque por minutos se vuelquen en tiempos, son firmes, honestos, sinceros y llenos de ti, de tu esencia que me ha cubierto y me alimenta en las pausas de la vida, como sabía que fortifica cada instante la planta, como sol al día para dar nueva vida y luna a la noche para renovar la muerte.
¡Mi amor de entendimiento! De crecimiento mutuo, de desarrollo interno y externo a la par, sin limitaciones ufanas, sin recelos de la enseñanza, más bien de simbiosis y ayuda en la escalada de esta montaña llamada vida, llamada momento, llamada escalón al todo, a la profesión, la esencia y la comunión de nuestro yo.
¡Mi amor, mi amante, mi amigo, mi complemento perfecto! Y si existe una palabra perfecta para explicar esto que siento, que me llena y extasía al estar a tu lado o tu lejanía. Al caminar sin temor por que sé que te tengo y poseo en mis adentros, en mis tiempos y mi razón.
¡Mi amor! Mi luz, mi guía, mi camino, mi sustento, mi sueño de mujer y de dragón. Si eso eres tú vida mía, mi todo conjugado en un solo elemento “Tu”
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