Louis Pasteur, Su Vida

 Ana María Román Díaz
Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia.
Universidad Nacional Autónoma de México
Ciudad Universitaria. Coyoacán. 04510. México, D. F.

Bacteriólogo francés, nació el 27 de diciembre de 1822, en Dôle, Jura, Francia; murió el 28 de septiembre de 1895, en Villenueve-l'Étang, cerca de Saint Cloud, France


Primeros años.
Louis Pasteur creció en Arbois, un pequeño pueblo cerca de su ciudad natal. Allí, su padre, Jean-Joseph, un veterano del ejército de Napoleón I, regentaba una curtiduría. Su madre, Jeanne-Étiennette Roqui, era hija de un jardinero. Los mejores retratos de sus padres los hizo al pastel el propio joven Louis, que era un excelente artista. Tuvo tres hermanas. 

Él, como ellos, era de mediana estatura y cabello oscuro con una frente alta. Se decía que su miopía había mejorado su capacidad para ver pequeños detalles de cerca. En su madurez, lució la barba y el bigote de la mayoría de los varones de su época.

Un padre parco en palabras, pobre en bienes y una madre sumisa dedicada por entero al cuidado de sus tres hijas.

“Tu entusiasmo, querida madre, me lo transmitiste; si siempre he asociado la grandeza de la ciencia con la grandeza de la patria fue porque fui impregnado de los sentimientos que me inspiraste. Y tú, querido padre, en quien la vida se comportó tan rudamente como tu trabajo, me enseñaste lo que puede lograr la paciencia durante los largos trayectos de la existencia. Es a ti a quien debo la tenacidad en el trabajo cotidiano. Tu tuviste no solamente la perseverancia que hace la vida algo útil, sino también la admiración por los grandes hombres y los grandes hechos”

Louis era un niño tardío y sus calificaciones en la escuela estaban solo ligeramente por encima del promedio. Asistió al Collège d'Arbois, y al final de su carrera allí, se inspiró y deseó ingresar a la prestigiosa École Normale Supérieure en París. Dejó Arbois en 1838 y entró en la escuela preparatoria de Barbet en París, pero sintió tanta nostalgia que su padre tuvo que llevarlo a casa. En 1839, Louis se matriculó en el Collège Royal de Besançon, en su provincia natal de Franche Comté.

Fuera de casa pero no lejos de ella, el joven erudito se apoyó parcialmente con una ayudantía de estudiante y recibió su título de licenciado en ciencias en 1842. Aunque fue aceptado en la École Normale Supérieure, Pasteur creía que aún no estaba listo para ingresar y, por lo tanto, pasó un año en la escuela preparatoria de Barbet antes de finalmente matricularse en el otoño de 1843.

A Pasteur le fue bien en la École Normale Supérieure, obteniendo excelentes resultados en el examen de maestros en 1845 y bastante alto en sus exámenes completos el año siguiente. En 1847, recibió su doctorado en química y pronto encontró empleo como profesor, primero en la Universidad de Dijon, donde enseñó física durante un semestre, y luego en la Universidad de Estrasburgo, donde en 1849 obtuvo un puesto en el Departamento de Química. También fue en Estrasburgo donde Pasteur conoció a Marie Laurent, la mujer de veintidós años a la que convirtió en su esposa en 1848, año en que muere su madre.


Su matrimonio duró toda la vida y tuvo cinco hijos, aunque tres de las hijas murieron prematuramente de fiebre tifoidea. A lo largo de su vida, Pasteur fue políticamente conservador excepto por una participación juvenil en las revoluciones de 1848, y fue un firme partidario del Segundo Imperio bajo Napoleón III. De hecho, recibió considerables subvenciones y reconocimiento del emperador y la emperatriz personalmente.

Fue un conformista absoluto en lo moral y lo religioso. Partidario del poder fuerte y siempre al lado del poder. Los testimonios apoyan esta imagen: tenía un carácter violento y a veces despectivo. Sólo vivía para su trabajo para el cual era muy paciente, cuidadoso y obsesivo. Pocas fueron sus distracciones: leía poco, aunque apreciaba la poesía de Francoise Coppée (contemporáneos fueron Baudelaire, Rimbaud y Verlaine) y pintaba cuadros que pocos conocieron, pero disfrutaba de los honores y las adulaciones. Durante el tiempo que fue administrador de la Escuela Normal Superior no dejó un grato recuerdo por su excesivo autoritarismo. Pasteur, era un hombre ávido por el orden, en todo el sentido del término, incluso en los excesos. Fue la clave del éxito de sus trabajos que consistieron siempre en la búsqueda de un orden de las cosas; partiendo de situaciones confusas, el genio de Pasteur permitió la obtención del orden a través de una metodología fundamentada en la constancia, la paciencia y la aplicación.


El 1 de noviembre de 1894, cuando se disponía a salir de su departamento para ir, como todos los días, a ver a sus nietos, Pasteur tuvo una violenta crisis de uremia. Poco a poco Pasteur iba estando más débil, pero nunca se quejaba y ni siquiera hablaba de sí mismo. Debajo de unos castaños, a la entrada del Instituto Pasteur, habían instalado un toldo a cuya sombra pasaba unas horas por las tardes, a veces conversaba con viejos amigos y siempre daba una palabra de aliento a quienes trabajaban en el Instituto. 

El 13 de julio de 1895 salió por última vez del Instituto y subió en un coche que lo llevó a Villeneuve-l'Etang, para veranear allí y mejorar su salud. Desde su habitación, o a veces frente a los prados, a la sombra de un grupo de hayas bronceadas, escuchaba la lectura que le hacían su esposa o su hija. A cada día que pasaba disminuían sus fuerzas. La vista de sus nietecillos lograba todavía iluminar su rostro con una sonrisa. En la última semana de septiembre ya no tuvo fuerzas para levantarse del lecho. El día 27 de ese mes, cuando le ofrecían una taza de té, dijo: "No puedo más". Se quedó como dormido, pero pronto su respiración no fue ya la de quien duerme sino la del que agoniza. Durante 24 horas permaneció inmóvil e inconsciente. A las 16:40 del día 28 de septiembre de 1895, tranquilamente expiró a los 72 años de edad. Fue enterrado en la catedral de Notre-Dame como un héroe nacional, trasladando sus restos al año siguiente a una cripta construida en el Instituto Pasteur donde es posible a día de hoy leer en la lápida el siguiente mensaje: “Feliz aquel que lleva consigo un ideal, un Dios interno, sea el ideal de la patria, el ideal de la ciencia o simplemente las virtudes del Evangelio”


Referencias:
Agudo T. J. Pioneros de la microbiología: Luis Pasteur. Facultad de Farmacia, Universidad de Sevilla, 2016

Compton, Piers. The Genius of Louis Pasteur. New York: Macmillan, 1932. A readable and thorough account of Pasteur’s life and contributions, this book has several interesting photographs of people, places, and events in his life.

Cuny, Hilaire. Louis Pasteur: The Man and His Theories. Translated by Patrick Evans. London: Souvenir Press, 1965. This book provides detail without being overwhelming. Cuny’s explanations of the technical aspects of Pasteur’s work are readily comprehensible to the layperson.

Debré, Patrice. Louis Pasteur. Translated by Elborg Forster. Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1998. Comprehensive study of Pasteur’s life and work written by a French immunologist who describes his subject as “a living symbol, embodying both science and France.” Debrée describes the scientific details of Pasteur’s experiments in simple, understandable language.

De Kruif, Paul. Microbe Hunters. New York: Pocket Books, 1950. Although more superficial than the full-length biographies, this book has two exquisitely entertaining chapters on Pasteur that convey the excitement inherent in making scientific breakthroughs that result in saving lives and industries.

Dubos, René. Louis Pasteur: Free Lance of Science. Translated by Elizabeth Dussauze. New York: Charles Scribner’s Sons, 1976. This book is thorough and gives a good perspective on Pasteur. Includes a large photographic section.

Duclaux, Émile. Pasteur: The History of a Mind. Translated by Erwin Smith and Florence Hedges. Philadelphia: W. B. Saunders, 1920. Reprint. Metuchen, N.J.: Scarecrow Press, 1973. Written by a man who studied and worked under Pasteur, this book provides many insights into Pasteur’s thinking. Duclaux deals exclusively with Pasteur’s professional life and not with his personal life, and gives a balanced treatment with proper credit to Pasteur’s rival researchers.

Geison, Gerald L. The Private Science of Louis Pasteur. Princeton, N.J.: Princeton University Press, 1995. Revisionist and controversial biography based upon Geison’s extensive study of Pasteur’s unpublished correspondence, lecture notes, and workbooks, Geison found significant differences between Pasteur’s public positions and private records, concluding that some of Pasteur’s experiments were tainted by lies and scientific, if not moral, misconduct.

Salem Press Biographical Encyclopedia, 2020, 4p. Item: 88807297

Vallery-Radot, René. The Life of Pasteur. Translated by R. L. Devonshire. Mineola, N.Y.: Dover, 1960. This is the standard biography of Pasteur and was written by Pasteur’s son-in-law. The book provides many quotations from documentary sources and gives an inside look at Pasteur, his life and his work.

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